El octavo día - Thorton Wilder
El oscuro invierno - David Mark
Retorno a Brideshead - Evelyn Waugh
Book of general ignorance - John LLoyd & John Mitchinson
Jardín de Villa Valeria - Manuel Vicent
Noticia de un secuestro - Gabriel Garcia Marquez
Pruebas de sangre - Jonathan Kellerman
El sendero del bosque - Adalbert Stifter
El rey de los bajos fondos - William C. Gordon
Zapatos italianos - Hennink Mankell
Ultimas noticias de nuestro mundo - Alejandro Gandara
Nieve Verde -Sara Blaedel
Silva de varia lección - Pedro Mexia
Seguro que andabais pensando que este mes, por aquello de las vacaciones, no comentaría ningún libro y os podría ahorrar el tradicional post, incluso puede que alguno pensara que en vacaciones no leo, solo por llevar la contraria a la mayoría que parece que solo lee en vacaciones, pero no, he leido, incluso algo mas de lo habitual, y tras un retraso inexcusable, porque no tiene excusa y tampoco la necesita, aquí van mis opiniones.
Ha sido un verano raro en cuanto a lecturas, incluso confuso. Una de las causas, aunque no la única, ha sido mi hermano, que tenia prevista la apertura de su librería en algún momento de este mes, o incluso del anterior, así que yo tenia pensado hacerle lo antes posible una compra que sirviera para cambiar de librería de referencia o bien para compaginar ambas (algo mas probable ya que Cercedilla, donde esta la librería de Rafa, no entra entre mis rutas habituales. De hecho para mi es mas fácil irme a NYC a comprar libros que subir a Cercedilla, pero espero que para vosotros sea mas fácil acercaros por allí. Por la Librería Fuenfria de Cercedilla, digo, no por NYC) e incluso para apoyarle un poco en el arranque de su primera aventura empresarial.
Con esta previsión reduje mi compra de libros en mi librería de referencia (la librería Mendez de la calle Mayor) a un mínimo, para extrañeza de mi librero al que tuve que explicarle algo que siendo verdad “que en septiembre suelo ir a NYC y me compro una maleta de libros que me dura hasta casi la primavera”, razón por la que no le visito en la temporada de otoño invierno, no era toda la verdad. ¿pero a quien, salvo a un juez en una película americana, le interesa toda la verdad?
Compre El octavo día, una novela sencillamente excelente, a la que si tuviera que ponerle un adjetivo, inexistente, la llamaría Dickensiana, pero mejor, sin tanta lagrima fácil (aunque la lagrima fácil este mas en las adaptaciones de Dickens que en sus novelas). Una saga familiar, acusaciones injustas, destierros, personajes bondadosos que se gana la vida honradamente y superando, con creces y esfuerzo, todas las dificultades. Vamos, que si la adaptan al cine no quedara un ojo seco en la sala. También su planteamiento de las segundas oportunidades es un poco como de Victor Hugo “La vida nos da segundas oportunidades - pensó - ¿Es esto lo que significa envejecer ... ver cada vez con mas claridad aquello que fuimos incapaces de ver?”; algunas frases podrían estar firmadas por Oscar Wilde “no se prive de nada hasta que encuentre algo mejor con lo que sustituirlo”; otras por Steinbeck “Donde hay injusticia, hay miedo. Donde hay miedo, hay cobardía. Pero la cadena empieza mucho antes: donde hay dinero, hay injusticia”; y otras como “El animal desconoce que existe un futuro; desconoce que morirá” casi por cualquier persona sensata. Pero, no solo esto, no ademas tiene ideas que me gustaría adoptar (y que adoptara mas gente) “En nuestras cenas conversamos ampliamente de lo que otros creen o han creído; pero si algún miembro utiliza el verbo en primera o segunda persona del presente de indicativo, tiene que pagar una multa”; y sobre todo me ha informado sobre los Odd Fellows, concepto que me ha gustado tanto que se ha incorporado al logotipo del Wharf-73. Pero no mezclemos, si eso, ya os lo cuento otro día.

Con esta pequeña compra esperaba aguantar hasta que Rafa abriera la librería o bien hasta que decidiera marcharme a Piles de vacaciones, momento en el que haría otra buena compra, pero al final mi viaje a Piles se retraso, mi librería de referencia habitual (la Librería Mendez) había cerrado por vacaciones y la Librería Fuenfria de Cercedilla (la de mi hermano y futura referencia) todavía no había abierto.
Así estaban las cosas: yo, sin nada que leer y mis librerías de referencia, ambas, cerradas. En lugar de hacer lo de siempre y traicionar a ambas, comprando en cualquier otra librería, decidí que igual era un buen momento para releer algún favorito y comprobar como había aguantado el paso del tiempo, como había cambiado mi criterio de lector (suponiendo que tengo un criterio) incluso podía hacer de esto de las relecturas una practica habitual y revisitar un libro mensualmente.
Elegir un libro entre los que ya te han leído para releerlo puede parecer una tares fácil, pero para mi es mas difícil que elegir un libro desconocido. ¿darle otra oportunidad a un libro que no me hubiera gustado, que se supusiera excelente; volver a leer un libro que solo a mi me hubiera gustado y que el resto del mundo pensara era malo; probar con un libro con el que todos coincidiéramos que era una obra maestra? Difícil, una decisión muy difícil, que me tenia paseando por mis estantes ponderando cual coger. En la segunda, tercera o superior, vuelta y ya llegando a la W (si, soy un psicópata y tengo, mas o menos, mis libros ordenados alfabéticamente, por idioma y autor. Podría ser peor y tenerlos como una tienda de cómics por editorial, por colección, por año de compra o edición, o incluso por portadista o prologuista) me decidí por la mas obvio: Retorno a Brideshead, realmente Brideshead revisited que suena mas propio, de esto se trataba ¿no? de revisitar libros, sensaciones, lugares, momentos.
Por supuesto que antes de leer el libro yo ya había visto la serie, ya era un fan total de la misma y puede que incluso le hubiera dado un me gusta en facebook si por aquel entonces hubiera existido, y por supuesto que no había leído nada de Evelyn Waugh antes de esto, yo era un hippie no un intelectual como mi hermano, aunque luego con el tiempo leería prácticamente todo Evelyn Waugh hasta ser uno de mis autores favoritos. Así que al leer el libro, por una parte estaba leyendo una versión reducida de la serie - la serie dura unas doce horas y el libro no llega a las 350 paginas - y por otra parte estaba leyendo una versión ampliada ya que como en todas las adaptaciones se perdían, trivializando o diluyendo, detalles muy importantes. La verdad es que, injustificadamente, pensaba que yo era una variación de Charles mientras que Jacobo era una variación de Sebastian (sin considerar los mas que insinuados aspectos homosexuales), o al menos de la primera parte de ellos. Si, esta es una de esas novelas o películas que claramente tienen dos partes (a partir de una fecha para mi padre todo lo que leía o veía tenia dos partes y era casi imposible que las dos le hubieran gustado) y que como muy bien me explico Rafa una vez las tiene por una causa justificada: Evelyn Waugh se hizo católico cuando estaba a mitad de la novela lo que explica la distancia entre los divertidos años iniciales de la época de estudiantes y el destino final de Sebastian en busca de una redención innecesaria de si mismo.
¿que tal el revisitarla, me preguntáis. Pues os diré que para mi sigue siendo una novela excelente, aunque no puedo negar que ahora la primera y divertida parte me ha parecido mucho mas pequeña e irrelevante que la angustiosa parte de la redención y el castigo lo que la hace pasar de una novela alegre y divertida con un final duro a una novela triste y difícil con un principio divertido. Entre medias diré que había olvidado a Lord Brideshead (hermano, que no al padre) y lo he redescubierto como un brillante personaje con todo el convencionalismo ingles que merece la pena conocer, aunque ahora la inalcanzable e ideal Julia se encuentre difuminada respecto a la de mi memoria. Yo por mi parte intentare seguir bebiendo, de vez en cuando pero siempre Contra mundum.
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Pues con esta revisión de un clásico llego el esperado momento de ir a PIles, de coger un tren a Gandia para que allí me recogiera mi hermana Helena y me acercara a Piles para disfrutar del sol, del arroz en Rosario y Federico, de las tellinas, de la pereza y la tranquilidad. Eso si, como habréis adivinado me pillaba sin nada que leer ni en el tren ni en los días que pasaría en Piles. Esto podría convertirse en una tragedia, diez o quince días sin nada que leer, o en un plan excelente, con diez o quince días solamente leyendo Best-Sellers playeros, uno tras otro y con el cerebro solo ligeramente encendido.
Lo que resultaba indiscutible es que necesitaría algún libro para el viaje en tren y de momento no tenia ninguno y con urgencia, o tendría que acabar comprando cualquier cosa en la estación. Esto podría ser un problema si no fuera por la sana costumbre familiar, y de mas personas, e mantener libros de fácil lectura en el cuarto de baño por aquello de hacer mas entretenido esos momentos tan íntimos.
En casa, en mi baño, no tenia ninguno pero en casa de Alvaro y Helena: si, alli estaba The book of general ignorance que el Caamaño le había regalado a Alvaro hacia algún tiempo y del que llevaba una lectura salteada avanzada. Es un libro ideal par tener en el baño, de artículos cortos, casi tan bueno como uno de cuentos, o incluso de poesía: algo que puedes estar leyendo tiempo, si es necesario, pero que puedes dejar en cualquier momento para retomarlo mas tarde.Al parecer esta basado en un programa de preguntas de la BBC tipo ¿cual es el lugar mas seco de la tierra? ¿cuantos bisontes mato Buffalo Bill? y cosas similares, es decir un compendio de culturilla general. Entretenido, pero algo tramposo ya que Buffalo Bill no mato ningún bisonte, que el mataba buffalos como bien indica su nombre; ni el sitio mas seco de la tierra es un desierto, si no que es la Antártida. Educativo pero no tanto - la comparación, para los culturetas, es inevitable - como la Silva de varia lección de Pedro Mexia; tanto es así, que aquí vuestro amigo hipster la ha recuperado de la estantería y la ha puesto en el baño habiendose acabado ya el primer tomo, con una agradable satisfacción de volver a leer historias y conocimientos del pasado.
Si bien de el libro de la ignorancia general, por traducirlo de alguna forma, me entretuvo el viaje en tren e incluso la primera noche en Piles, al día siguiente se me planteaba, una vez mas, el problema de no tener lectura. Problema fácilmente resoluble ya que al llegar a Piles la primera actividad necesaria es ir al hipermercado - no diré marca - para hacer acopio de comida y en este caso de libros.

La historia en si misma no es especialmente brillante: el es un medio retirado por un error que cometió - le amputo el brazo equivocado a una paciente - que ha decidido aislarse del mundo en una isla heredada pero que de repente descubre que tiene una hija y que puede volver a sentir empatía por las personas, consiguiendo cierta forma de redención. La novela esta salpicada de personajes alucinados, de una Suecia que supongo real, como la propia nadadora a la que amputo el brazo y que ahora dirige un albergue juvenil o el mejor zapatero del mundo retirado a un bosque. Contado así, la verdad es que no suena nada bien pero tiene buenas reflexiones sobre las distintas clases sociales (desgraciadamente no solo en Suecia, si no aquí mismo):
“Existe aquí un sistema de muro invisibles que no para de crecer, que separa a la gente, que hace crecer las distancias. Desde fuera puede parecer lo contrario Si te sientas en el metro de Estocolmo y vas a los suburbios, veras que la distancia en kilómetros no es muy larga, pero, en realidad, es gigantesca. Y decir que se trata de otro mundo es absurdo. Es el mismo mundo, pero cada estación que te aleja del centro constituye otro muro. Finalmente, cuando alcanzas lo mas profundo de la periferia, puedes elegir entre ver la verdad o no verla. - ¿Cual es la verdad? - Que lo que tu crees que es el margen ultimo es, en realidad, el centro que esta recreando Suecia poco a poco....”
O incluso sobre la educación, el feminismo, la violencia:
“Les hacemos tanto daño a nuestros niños que al final no tienen otra forma de expresarse que la violencia. Antes era cosa de chicos pero hoy día ya tenemos crueles bandas de chicas que no dudan en tratar a otras con una violencia horrible. es la peor derrota, que las chicas, en su desconcierto, crean que su salvación consiste en comportarse como los peores gánsteres de que se acompañan sus novios.”

Leídas las compras del Carrefour (digamos) y sin haber traído libros estaba ahora a la merced de lo que hubiera acumulado en Piles. Era algo que no me preocupaba ya que estaba seguro de que habría cosas buenas, estaba seguro de que al menos estaba Linda 76 cuyo principio - uno de los mejores que recuerdo - me apetecía volver a leer.
Pero no fue asi, ni estaba Linda 76, ni tan siquiera había nada de Rafael Chirbes. Muy raro, no había nada especialmente apetecible o tentador, parecía que alguien se hubiera llevado todos los libros medianamente prometedores.


Tras estos dos fracasos (digamos) era el momento de intentar un clásico y allí estaba una de Garcia-Marquez: Noticia de un secuestro. Supongo que será una herejía pero la verdad es que estuve tentado de dejarla a la mitad, cuando llevaba dos tercios, cuando llevaba tres cuartos y varias veces mas en la progresión que podéis deducir. Lo mas sorprendente es leer sobre los pactos del gobierno colombiano con los traficantes como a estos últimos lo único que parecía preocuparles era la extradición - sospecho que no por amor al país si no por no ser juzgados en estados unidos - y sobre todo como estuvieron a punto de no poder encarcelar a Pablo Escobar porque este no tenia cédula de identidad y no podían ficharle. Todo un problema logístico para el estado colombiano que al final tuvieron que resolver a la española: declarando Pablo Escobar que justo, casualmente, la había perdido al deternerle, que por supuesto que tenia y que no sabia como había podido pasar algo asi (para los frikis o amantes de las anécdotas la cédula de identidad de Pablo Escobar era 8.345.766 de Envigado).

El punto a su favor es el de algunas anécdotas divertidas como, al parecer, aquel concierto de Raimon en el que el decía “No cregem en les pistoles” solo para que alguien del publico - identificado por Vicent como un estudiante anarquista que hoy tiene en Cuatro Caminos una droguería que se llama La Española - pudiera contestarla a voz en grito: “No cregem en les pistoles, cregem en les metralletes”.
También es interesante, aunque algo patético, comprobar la gran brecha generacional que existía, existe, entre esa generación y la mía aun cuando la diferencia de años no la justifique. Así cuando la hija de uno de ellos se va de casa en el 82 estos progres tienen la siguiente conversación para trazar un plan para buscarla:
- Mañana hay un concierto en el pabellón del Real Madrid - le dije a Quique- ¿Y que?- Tocan los AC/DC, unos rockeros australianos muy bestias. Son famosos. Mañana todos lo adolescentes que se ha fugado de casa estarán allí. Podríamos darnos una vuelta.
Increíble visión alternativa de la realidad, de mi realidad o recuerdo. Afortunadamente, aunque la idea triunfa y van disfrazados al concierto, Vicent tiene la decencia de ahorrarnos la descripción del mismo y se limita a que se tomen un tripi cada uno nada mas llegar y ya todo pasa al reino de la fantasía, basada en el visionado de Dumbo. Pensandolo bien una lastima, seguro que era fascinante.

Después de esto ya me tocaba abandonar Piles y volver a Madrid, con lo cual volvía a tener el mismo problema: tenia por delante un viaje en tren y nada que leer. Mi plan inicial era ir a Gandia, tomarme un arroz en Rosario y Federico y coger el tren para Madrid pero cosas del verano ya no había billetes de tren desde Gandia, así que aunque Helena me acercara a Gandia, todavía tenia que ir a Valencia en tren (una hora) y allí transbordar a un tren para Madrid (dos o tres horas), o coger un autobús desde PIles (entre cinco y seis horas). Estaba jodido, o me enfrentaba a toda una aventura de enlaces que seguramente no conseguiría realizar adecuadamente o tendría que meterme en un autobús (un medio de transporte que nunca me ha gustado) y pasar en el casi seis horas. Estaba totalmente jodido y en cualquier caso necesitaría algo para leer.
Pero a veces la familia viene al rescate y mi sexto hermano, Ricardo, tenia que llevar a su hijo desde Gandia a Valencia para coger un AVE ya que se iba hasta Galicia a la obra en la que esta. Cuando lo comentamos, a la vuelta de la feria de Jativa a donde nos había llevado en coche, donde yo inocentemente, pero poco, esperaba que igual encontraría algún libro, me ofreció unirme a la expedición hasta Valencia y yo acepte. Así que mi viaje se simplificaba notablemente, Ricardo vendría a recogerme a Piles y me dejaría en la estación del tren de Valencia para que cogiera un AVE. He de decir que yo me ofrecí para ir hasta Gandia (bueno, me ofrecí para convencer a Helena de que me acercara) pero resulta imposible llevar la contraria a un hermano mayor, mas cuando se empeña en hacerte un favor.
Es verdad que iba sin libro para el viaje pero no me preocupaba porque en todas las estaciones hay, al menos, un quiosco de prensa con bestseller. No en Valencia, no, en Valencia no hay quiosco de prensa, directamente hay una Fnac Express, toma ya, asi son en Valencia.

Desde que he empezado estos comentarios de textos mis hermanas, Helena y Maite, me repiten que no entiendo como tengo tiempo para leer tanto por lo que supongo que si ahora confieso que mi viaje de vuelta se produjo el dieciocho y que por lo tanto llevamos solo comentadas las lecturas de poco mas de medio mes les estaría dando la razón. Pero eso no va a pasar, en mi familia no se cede la razón tan fácilmente y este seria el ultimo libro que leería en agosto.

Igual os preguntáis ¿si al final he visitado la Librería Fuenfria de Cercedilla, si ahora voy a ir a abastecerme hasta allí, si la convertiré en mi nueva librería de referencia? Pues si, la he visitado aunque respecto al abastecimiento y la traición a mi librería de referencia (la Librería Mendez de la calle mayor) pues “¿quien sabe?, ya veremos”. Pero, si eso, ya os lo cuento otro día.