viernes, 30 de diciembre de 2022

Recapitulando lecturas de 2022

Ya, ya, yo también lo pienso… ¿Cómo que recapitulando lecturas cuando llevas ya casi un trimestre de retraso en los comentarios de textos y ninguna entrada de algún tema un poco más interesante? Si, parece un poco desfachatez, pero el caso es que ya es 30 de diciembre, como quien dice el ultimo día del año, y lo de ponerme al día antes de que acabe el año, con lo que me queda de comentar, pues no es que no resulte creíble… sencillamente es inviable.

Así que aprovecho este día que todos los medios dedican a producir listas varias para hacer mi propia lista (Por supuesto que no en formato lista, sino de la forma descabalada en que funciona mi cerebro) por lo menos de mis lecturas de este año.

Eso si, como no puede ser menos, antes de ponerme con mi lista os cuento una curiosidad de una de las ultimas listas de las que he tenido conocimiento. Realmente no es una lista, es más bien un registro de todos los proyectos que ha ejecutado el Canal de Isabel II; ya sabéis esa empresa que se supone que, con nuestros impuestos y tarifas, se dedica a financiar proyectos de abastecimiento, saneamiento y depuración de aguas; vamos teóricamente de forma exclusiva al ciclo integral del agua y también teóricamente solo en la comunidad de Madrid (aunque tenga algunas inversiones fuera de la comunidad e incluso, intentara, en su día, tener inversiones fuera de España).

El caso es que en el Canal hay un programa – una base de datos – con todas las inversiones que hace el Canal que por supuesto, aunque las paguemos entre todo no es de conocimiento público y su uso está restringido al personal del Canal (y, supongo que no a todo). Ya sabes, saber en qué se gasta el dinero un organismo público español no es algo que se incluya entre la información pública a la que puede acceder un español, salvo que tenga la paciencia de solicitarla mediante, por lo menos, media docena de impresos, varias compulsas de documentos y, no estoy seguro, pero es posible, pagar varias “pólizas de huérfanos”.  Para mi es muchísimo más sencillo encontrar información del funcionamiento de las obras públicas, en digamos, estados unidos, o del estado de la bahía de Chesapeake que averiguar cómo está el Manzanares o en que gasta el dinero el Canal. Pero, una vez más, divago.

El caso es que un conocido consulto el otro día esta base de datos que, pese a ser del Canal, parece que, por lo menos, permite ordenar las inversiones ejecutadas por orden de coste: es decir crear una lista de esas inversiones ordenada, a raíz de lo que nos hizo la siguiente pregunta ¿Cuál ha sido la obra más costosa del ejecutada por el Canal?

Aunque la pregunta no puede resolverse fácilmente con la consulta a la base de datos del Canal ya que estos costes no están “actualizados” y al corresponder a distintos años pues puede haber diferencias (no son lo mismo 30 millones de hace 20 años que 30 millones de hoy en día) la respuesta directa que da la base de datos es…. ¡redoble de tambores!: Las obras de los teatros del Canal, que como todos sabemos es algo que es vital para el ciclo integral del agua; pero es que ¿Cuál es la tercera en coste? ¡doble redoble!: El equipamiento de los teatros del Canal. Toma ya, la mayor obra ejecutada por el canal es ¡los teatros del Canal! Obra que incluso dividida ocupa dos puestos en un podio honorifico. Uno podría pensar que estos teatros – pagados entre todos los madrileños – deberían de ser gratuitos, o con un precio simbólico, para los madrileños; uno podría pensar eso, como podría pensar que realmente existen los Reyes Magos.

La gran duda que mi amigo no supo resolverme era cual era la obra/inversión que estaba en el segundo puesto lugar y yo no puedo ni quiero imaginármela ya que como les pasa a los deportistas olímpicos el que queda en segundo lugar es siempre el que se queda más triste de los tres finalistas (el primero obviamente es el más feliz por aquello de haber ganado, el tercero es muy feliz por haber conseguido podio pero el segundo, muchas veces, está decepcionado, con su felicidad empañada, por no haber sido el primero. Así son los deportistas a los que desde pequeño se les inculca que hacer trampas está justificado y que el fin justifica los medios).

Pero volviendo, o empezando, mi recapitulación del año: este año me he leído 92 libros que parecen muchísimos (casi dos cada semana) pero que teniendo en cuenta que he pasado varias temporadas largas en Piles, donde es normal que lea un libro al día, pues tampoco es tanto. De esos 92 pues me quedan por comentar – lo hare en breve, o en lo que yo considero breve -  las lecturas de los últimos tres meses que son 25 libros, que también parece mucho pero que realmente significa que he comentado mis lecturas del 75% de los meses y he comentado el 72% (y como diciembre puedo comentarlo en enero) pues tampoco voy tan mal una vez mirados los datos. Pero vamos, que como decía aquel y parece ser práctica habitual en la clasificación de mentiras: “There Are Three Kinds of Lies: Lies, Damned Lies, and Statistics” frente a la clasificación de personas que normalmente se dividen en solo dos grupos, “los que hacen esto/les gusta esto y los que no” , o un poco más complejas como esa de: “los que prestan libros y los que los devuelven” que básicamente me reafirma en la necesidad de que todo el mundo estudie “los conjuntos”, algo que desde aquí reivindico, una vez más, como absolutamente necesarios en la educación primaria y cuya ausencia se está cargando la capacidad del pensamiento lógico de las nuevas generaciones (si, ni más ni menos eso).

Dicho esto, siguiendo con eso de la recapitulación: este año mi hermano Rafa (ya, sé que no te mola nada lo de Rafa, pero… así somos los hermanos) saco novela que sin ser la OM (Obra Maestra) que todavía guarda dentro, que esperamos, y que llegara (aunque algunas suyas sean difícilmente superables y tengan nivel de OM) mantiene el nivel lo suficientemente alto para entrar en esta “lista de referencia” y cuyo título es El rio de cenizas (junio; quiero decir que eta en el comentario de Junio por si no recordáis mis opiniones)

MI gran descubrimiento de este año ha sido Chris Offutt – por recomendación del mayor de los falsos hermanos de mi librería de referencia: Librería Méndez en la calle Mayor) – y cuyo libro de relatos Lejos del Bosque (agosto; ya no repito lo que significa el mes entre paréntesis) me pareció excelente. De hecho no solo la comente sino que ya me he leído las otras tres novelas que ha publicado en español y que sin ser tan buenas son entretenidas, e incluso, aunque no la he recomendado, la he intercambiado como parte de un nuevo “programa de intercambio” que mantengo con una nueva amistad a la que llamaremos (por mantener la nomenclatura generada por mi tío Ricardo, aka Cabut y su anonimato): Maria de la O a la que también le ha gustado (que me intercambio en esa ocasión La buena gente del campo de Flannery O’Connor (mayo) que bien podría entrar en esta lista).

Mi otro gran descubrimiento, esta vez por casualidad, ha sido Ofensa Mortal (abril) de Louise Penny que siendo, teóricamente, una novela policiaca me ha encantado no por su trama que se adivina bastante pronto, sino por cómo trata temas como la educación, los prejuicios o la necesidad de proporcionar oportunidades justas a todas las personas, especialmente en cuanto a la posibilidad de cambiar sus comportamientos juveniles. Esta novela he tenido que comprarla dos veces ya que la primera copia la preste y, de momento, no me la han devuelto (si, yo pertenezco a la intersección de los dos tipos de personas ya señalados anteriormente en los que algunos dividen el mundo ignorando las reglas básicas de conjuntos) y quería volver a prestarla/regalarla. Como solo he leído esta novela de esta autora todavía no estoy seguro de si entrara en la categoría de autores favoritos o si se quedara en un caso excepcional dentro de sus obras. Espero averiguarlo a lo largo de este año, aunque tendrá que ser por otra casualidad ya que la posibilidad de que me acuerde de su nombre cuando vaya a comprar libros es baja, baja, incluso muy baja.

Aunque yo pienso que no soy un lector de géneros (algo que sospecho mis libreros de referencia ponen en duda ya que, creo, me tienen catalogado en un lector de policiacas) obviamente he leído algunas que solo deben clasificarse como de género y que me han parecido excelentes o, cuando menos muy buenas:

Project Hail Mary de Andy Weir (febrero) me ha parecido excelente en el género de Ciencia Ficción, con su gran parte de ciencia creíble y con ideas, desde la premisa básica, realmente entretenidas y sorprendentes.

La Joven que no podía leer de John Harding (abril) me ha parecido una buena novela de terror gótico, aunque su premisa es casi un género en sí mismo que yo definiría como terror o enigma en hospitales psiquiátricos.

Confesiones de Kanae MInato (agosto) es una buena novela que incluyo en otro género de mi invención al que llamare marcianadas japonesas ya que, creo, que solamente los japoneses con capaces de buscar premisas y detalles tan retorcidos – para mi mente occidental – como los de esta novela (y otras japonesas).

Aparte de los géneros, también soy un lector de series que, en cierta medida, son un género en sí mismo y entre las que este año he continuado leyendo y me han gustado (por lo que os recomiendo que las empecéis por el principio, aunque se puedan leer separadas):

1795 de Niklas Natt Och Dag (junio) que al parecer es un noble sueco (con un apellido – noche y día – que es excesivamente hippie incluso si no se tratara de un noble) que se ha marcado una trilogía bastante interesante de la que este es el último volumen (se supone), original (excepto por los títulos) y que deja detalles muy escabrosos dando una visión de una Suecia que para mí era impensable (igual es todo mentira por muy creíble que suene).

La calle de los espías de Mick  Herron (mayo) que es ya la cuarta de esa serie de espías chapuceros y marginados que conforman la Ciénaga, a los que por absurdos se les coge cariño.

Bobby March vivirá para siempre de Alan  Parks (febrero) que es la tercera de una serie de detectives en escocia que resulta bastante interesante y en la que si e ha currado el titulo ya que cada una es de un mes.

The nameless ones de John Connolly (noviembre) que es la ni-idea, pero lleva más una docena, de las novelas del detective Charlie Parker y sus colegas y enemigos. Una serie que empezó fantásticamente – la primera es excelente e impactante – luego se desvío excesivamente hacia lo sobrenatural, en algunas se enderezo aunque fuera a fuerza de meter nazis, y ahora igual les solamente para fans recalcitrantes entre los que me encuentro pero que si alguien llega aquí sin haberse enganchado pues puede pensar que es un truño; es algo que pasa con las series.

Sin ser una serie en sí, ya que es una novela totalmente independiente de otras series del autor, Ciudad en llamas  de Don  Winslow (mayo) es una buena novela y si fuera de cualquier otro autor diría que incluso es una novela muy buena pero es que para mí el listón de Winslow está demasiado alto y esta no llega a la altura de sus grandes novelas, aunque es mucho mejor que su última trilogía sobre drogas (que más que novelas parecen una mezcla de libros de historia contemporánea con la guía telefónica de la mafia de las drogas y la corrupción policial) que me decepcionaron mucho.

Novelas buenas, sin pretensiones, pero con las que pasas un rato muy entretenido (no, no os pongáis en plan autor y digáis: que mal suena eso, vaya forma de clasificarlas como malas. Nada más lejos de la realidad, me refiero a buenas novelas simplemente entretenidas) este año me ha sorprendido Tren Bala de Kotaro Isaka  (mayo) que pasa en un viaje en tren de varios asesinos con características particulares entre los que esta uno al que todo le sale mal y otro al que todo le sale bien, es tan entretenida que ya han hecho (incluso antes de que yo comprara el libro) una película. No me ha sorprendido La autopista Lincoln de Amor Towles (diciembre) pero lo que quiero decir es que no me ha sorprendido porque ya conocía al autor (ya había leído otras dos novelas suyas, una de las cuales tenía una premisa muy divertida: la de un noble ruso al que la revolución encarcela en un hotel de lujo) y me la esperaba divertida, que lo es, pero con algún toque ñoño, que lo tiene, pese a lo que es una novela muy entretenida de leer.

Creo que me dejo alguna que igual es interesante o, cuando menos, peculiar y que igual he puesto por las nubes en su comentario correspondiente, pero… así funciona mi memoria y esta es mi lista.

Mi propósito (uno de ellos) para el nuevo año es escribir más y de más cosas, pero, ya veremos; mi propósito para vosotros pues, el de siempre:

 ¡Divertíos asaltando el castillo!


PS: aunque no estoy seguro de si me sigue leyendo esta entrada esta, en parte, provocada por mi sobrino Rafita que creo recordar que el primer año me dijo que tenia que hacer una lista de los libros que me habían gustado en el año. Aunque el creo que no le hago caso y le ignoro, pues esta es la prueba de que no... o de que no del todo.