Parade –
Shuichi Yoshida
The Big
Crowd – Kevin Baker
Mi
educacion – Susan Choi
The Rage –
Gene Kerrigan
Borderline
– Lawrence Block
The
Brother’s Cabal – Jonathan L. Howard
La verdad es que disponer de un stock de libros de reserva
proporciona mucha tranquilidad espiritual y soluciona mucho – totalmente, diría
–los dilemas de horarios o de elección de librería que visitar. Aunque
podríamos decir que te aleja de las novedades (que en general tampoco me
importan tanto) e inquieta, o inquietaba, a mis libreros de referencia (ya no
les inquieta porque hace un par de años, tras varios meses de no visitarlos y a
una preocupada pregunta suya ya les comente esta situación y ahora no les
sorprende).
Gracias a la maleta de libros recopilada en NYC ahora
disfruta de esta tranquilidad espiritual, en la que puedo escoger lo que leo
del montón situado en mi salón. Una situación envidiable, que seguramente
durara hasta finales de enero ya que aún quedan suficientes libros en esa pila,
e incluso alguno de la última compra a domicilio procedente de la librería Fuenfria de Cercedilla
(innecesario recordar que es esta debe de ser vuestra librería favorita. Si no
lo es ya, mal vamos).
“after the first dead
there is no other” es una frase que en distintas variaciones hemos oído /
leído en muchísimas novelas de asesinos o de guerra. Al parecer la primera vez
que matas es difícil pero luego uno, como que se habitúa a ello y se convierte
en algo mucho menos preocupante (eso dicen, yo no puedo ni corroborarlo ni
desmentirlo. Sin embargo en uno de los cuentos que completan
Borderline la frase se utiliza en otro
sentido completamente distinto con el que, lamentablemente, si que me encuentro
familiarizado:
“When one dead affects you
completely, then the deaths that comes after it don’t have their full effect.”.
Creo que todos tenemos una muerte de este tipo en nuestras vidas (ojala me
equivoque y todavía no la hayáis tenido). Una muerte que hace que todas las
demás, por importantes que sean, no nos lleguen a afectar como esta, una muerte
que cambia nuestra concepción del dolor, de la perdida, una muerte que,
sencillamente, cambia el rumbo de nuestras vidas, que nos afecta completamente.
Yo la tuve, la tengo, pero no os la contare hoy ya que, como parece saber todo
el mundo, aquí, hoy, hemos
“venido a
hablar de libros”. ¿Qué tengo que decir sobre
Borderline y los cuentos que
la acompañan? Pues que hace justicia, plenamente, a su portada
Pulp (he de reconocer que me gusta mucho
esta colección: su selección y su edición; no sé porque aquí (en esta España
mía, esta España nuestra) no se editan cosas tan bonitas), las historias de los
personajes – tópicas donde las haya – están muy bien, con su ración de sexo, y
crimen. Ya digo,
Pulp en estado casi
puro (bueno, lo que yo imagino como tal género que puede que no lo sea; al fin
y al cabo que sabré yo de esto).
The Big Crowd es,
según la contraportada, una novela sobre dos hermanos emigrantes a estados
unidos, uno de los cuales asciende en la escala social desde su trabajo en los
muelles hasta alcalde de Nueva York; mientras que el otro, que emigra después,
empieza a descubrir sus trapos sucios. ¿no me digáis que no parece prometedora?
¿Corrupción, corrupción en NYC?
Obviamente, todos nos imaginamos el crecimiento de la mafia de
estibadores, de servicios urbanos… uhhhmmm, prometedora… encima, rencillas
entre hermanos, algo que, salvo para los hijos únicos, siempre le proporciona
un valor añadido. Si, así es la vida e incluso los mitos…. después de la pareja
inicial vienen los problemas entre hermanos, ya sabéis Caín y Abel, Thor y
Loki… en fin, un clásico. Sin deciros que sea mala, os diré dos cosas: que es
una de las causas principales de que haya leído
poco este mes, de lo mucho que me ha costado leerla, y eso que no
he conseguido acabármela (la he dejado de leer cuando ya solo quedaban ochenta
páginas, vamos casi acabada pero… la vida es corta para esto). Curiosamente ahora (al buscar las portadas en internet) me doy cuenta de que ya había leído otro libro de este autor (
Dreamland, sobre Coney Island) y me había pasado lo mismo,
"mardita memoria".

Tan cansado me había dejado la novela anterior que decidí
volver a leer en español, por si acaso parte de mi cansancio era por leer en inglés,
y de los dos que estaban todavía en mi montón, me decidí por
Mi educación, libro que me había
suministrado Rafa desde la librería Fuenfría de Cercedilla (si, esa misma, ya
sabéis: vuestra librería favorita).El libro empieza bien, con una alumna que
llega a clase de un profesor de literatura que tiene fama de ser
“casi el diablo”. Bueno, no es un mal
principio, es un principio con posibilidades; pero… si, a veces hay un pero.
Pero la novela se convierte en una historia de amor (lesbiano para más señas)
que la verdad es que no lleva a ninguna parte interesante, por lo menos en las
280 páginas que yo he leído. Es verdad que esta novela tampoco la he acabado y
puede que luego mejore. Lo dudo pero es posible, tal vez, si eso ya me lo
contáis.

Tras estas dos
decepciones,
pues era hora de volver a territorio conocido –no mucho, por aquello de mi
memoria – así que me decidí por darle una oportunidad a
The Rage porque había leído otra novela del autor y mi había
parecido sumamente correcta, o tal vez incluso excelente. Esta tan bien es una
buena novela, una novela clásica en la Irlanda actual y urbana, con sus
personajes de bajos fondos y sus trapicheos. Sé que es una buena novela ya que
la mejor parte no es la historia que cuenta, la historia central, si no que la
mejor parte es la de un personaje
secundario,
una monja.
Si , una monja que
le sirve para reflexionar sobre los abusos en la infancia (siendo ella la
abusadora): “When you do something
terrible, after a while – the daily routine, the people around you, the work,
the worries – after a while all that takes over. So many layers of time
settling on the memories – and the big things, even the awful things, they end
up buried under all the other stuff. Sometimes it feels like it happened to someone else”. ¿Quién no se
ha hecho trampa a si mismo mediante este olvido, quien no tiene maldades
enterradas en su pasado entre tantas capas de cosas normales? ¿Vosotros no?
Bueno, pues será cosa mía.
Aun confiando en vuestra palabra y que ninguno tengáis
ninguna maldad enterrada en vuestro pasado me uno a la monja en recordaros: “When
I was a child, the priests told us to recognize the dividing line between a
venial sin and the mortal sin that put your soul in danger. Did you take pleasure in it? – That was the
measure of things back then. Your instincts could lead you astray, but you were
in real trouble if you take pleasure in it”. Puede que no sea exacto, ni
preciso pero no me parece una mala distinción. Ya lo sabes, si disfrutas es que
es mortal (a menos que tenga beicon, que entonces es normal. Todo es mejor con
beicon).

Leer libros de buenos autores que conoces siempre es algo
que gusta, pero he de reconocer que me gusta mucho mas leer autores que no
conozco y aunque para eso vale cualquier librería la verdad es que comprar
japoneses en Kinokinuya es una de mis actividades favoritas, y de esta librería me traje
Parade (ya solo me queda otra de japoneses). Aunque no es una excelente novela, la verdad
es que se lee bastante bien y los cuatro (o cinco) personajes centrales dan una
(extravagante o normal, no lo sé) visión de los veinteañeros japoneses. No se
trata de una novela demenciada en el sentido de las de Murakami (el de serie b,
no el cultureta) si no que la mayoría de los personajes, aunque peculiares, son
normales (razonablemente) e incluso comparto la sorpresa de uno de los
protagonistas cuando reflexiona:
“So even
though I’d done only things that would benefit me, whenever any of them – be it
Koto, Ryosuke, MIrai or Satoru – have a problem, they always come to me for
advice, like it’s the most natural thing in the world. Never once have I really
been kind and considered the other person’s situation, but still they come to
me, like Koto’s asking my advice this evening. Even so, perhaps through some
twisted part of their personalities they view this detachment as consideration,
and I find my stock, despite my unwillingness, rising in their eyes.
“Before I
Knew it, my lack of genuine concern led them to treat me like some great elder
brother figure. If they’re satisfied with selfish consideration like this, then
how does the rest of the world treat them? The thought has me worried.”
No tanto porque me haya pasado a mí, que no, que a mí nadie
me considera con un hermano mayor para pedirme consejo – debe ser que mi
déficit de interés es excesivo – si no por aquello de ver a gente pidiendo
consejo a otras personas de las que sabes que no les importa lo mas mínimo y te
preguntas ¿de verdad, esta era su mejor opción? Y te quedas preocupado.

De las novelas de Cabal, bueno, vale, de las novelas de
Howard, ya he hablado otras veces en este blog ya que es un autor que he
descubierto casi a la vez que iniciaba este blog y ya llevo leídas tres de él,
y del que además (extrañamente, diría) me acuerdo ya que tampoco es fácil
olvidar libros en los que es protagonista es un nigromante. Bueno, al menos para mí que no tengo ni idea
de lo que leéis vosotros e igual solo leéis sobre este tema y podéis confundir
fácilmente a los autores de libros con nigromantes. Pero divago, a lo que iba,
The Brothers Cabal, tiene dos partes ya
que hay dos hermanos y los dos salen en el libro (como sabiamente habréis
adivinado por el título, aunque podrían haber sido más). Uno es un nigromante y
el otro es… pues, ¿Qué diríais?... pues es un vampiro. Si, ni más ni menos que
un vampiro, y si también hay hombres lobo en el libro, además de otros
monstruos (no, no hay ningún Frankenstein) e incluso un grupo de mujeres
aviadoras (iba a escribir lesbianas aviadoras pero de esto no estoy seguro,
aunque se sospecha por la sorpresa del vampiro y su poco éxito entre ellas).La
primera parte, la del hermano vampiro, es más flojilla de lo habitual (al fin y
al cabo va sobre el hermano y ya sabéis que a nadie le interesan los hermanos)
pero la segunda sube un poco el listón aunque sin llegar a la calidad de las
anteriores de la serie. Con todo una lectura entretenida.
Hasta aquí las lecturas del mes y ahora antes de terminar os
confesare que ahora leo tomando notas. No, no es que tome notas siempre, solo
de vez en cuando; de vez en cuando apunto alguna frase (las que reproduzco
aquí) apuntando la página y el título del libro para luego poder copiarla. Si,
hago esto y lo hago en un cuadernillo especial que tengo en la mesa. Hasta aquí
algo más o menos normal. Lo raro es que a veces se me olvida que he tomado
notas de algún libro y me olvido de copiar alguna frase apasionante de las que
he leído (a veces desecho alguna en la lectura de la agenda). Si, así son las
cosas y esto me ha pasado hace poco con estas dos:
“Cuando estés a punto
de sepultar a tu cuarta esposa bajo el suelo de la cocina, haz una pausa y
prepara té”
“Las jovencitas sois
como piedras, nada os conmueve. No se puede tener una relación con una piedra,
yo por lo menos no puedo”.
Dos grandes frases que os dejo para vuestro disfrute y para
que intentéis adivinar a que novela pertenecen, e incluso en la esperanza de
que comentéis prometo una cena como premio al que acierte.