La verdad es que ahora mismo ando a) algo confundido; b)
algo disperso y c) bastante desganado. Imagino que es normal y que se trata de
un proceso de readaptación que no tiene mayor trascendencia, bueno, más que imaginarlo
debería decir que lo espero, que espero que sea así.
Pero el caso es que ahora tengo que volver a tomar
decisiones sobre qué hacer en el futuro cercano e incluso en el futuro algo más
lejano (sin excesos temporales, pero si con un poco de perspectiva).
Laboralmente me debato entre algunas opciones que creo que tengo, o a las que
puedo optar sin acabar de ver ninguna de ellas especialmente clara; desde el
punto de vista de este blog me debato entre hacer una entrada que abarque las
lecturas de diciembre del año pasado y de este enero con la intención de
ponerme al día, que ya estamos a tres de enero y para cuando acabe de escribir
y publique estaremos a dios sabe que día, e incluso de algún día cumplir esa
promesa de hablar de cosas que no sean libros y entre hacer dos entradas
separadas para, por lo menos, cumplir mi promesa de escribir una vez al mes. Decisiones,
decisiones…
Lo del trabajo, pues ya veremos; lo de la entrada pues
también, a medida que esto avance, aunque la decisión estará tomada antes de
escribir el título así que ya sabréis lo que ha pasado. El titulo será un
spoiler en toda regla, diría que incluso más que un spoiler es como titular una
novela “el asesino es el mayordomo” (siempre y cuando el asesino sea el
mayordomo, si al final el asesino es otro o ni siquiera hay mayordomo pues el
spoiler pasa a ser una broma).
En fin, para darme una oportunidad de acabar, empezare a
escribir sobre los libros y me abstendré de comentar el debate sobre el color
más feo y su parecido con el color tradicional de la ropa de “falsa caza” tan
usada por los defensores de esta nuestra España (loquita de corazón y dura como la caña, que decía aquella). Como
ando sin acceso a internet – aquí en casa – y como tengo una memoria algo
deficiente (o alternativa, para ser políticamente correcto que al parecer ya no
existen las deficiencias, ni los deficientes) pues no so puedo confirmar el pantone exacto (que una búsqueda en
internet os podrá confirmar sin problemas. Venga, va, os ahorro la búsqueda: se
trata del 448 C) y solo comentare que es muy parecido a lo que antes se llamaba
“verde oliva” pero que cuando quisieron ponerle este nombre – a petición de las
autoridades australianas que fueron las que hicieron una encuesta para elegirlo
con intención de usarlo en las cajetillas de cigarrillos para que fueran menos
tentadoras – se encontraron con una fuerte oposición del sector olivarero
australiano (que si, que parece que lo hay y que es un lobby importante) y tuvieron
que desistir de esta denominación. En fin, que parece que aquel poema/canción,
con su correspondiente modificación a “galeses
del sur, aceituneros altivos” puede usarse en todo el mundo. Mira tú, quien
nos lo iba a decir. En cualquier caso, desbarro de nuevo, así, que, ya si eso,
hablamos de los aceituneros australianos otro día.



El caso es que pese a el poco interés que despierta
inicialmente luego está lleno de datos, o informaciones, curiosas como la aclaración
sobre cómo se produciría la resurrección de la carne (con que cuerpo nos
encontraremos para toda la eternidad, aquellos que creáis en este tipo de cosas
en lugar de abrazar el pastafarismo,o
cualquier otra creencia estúpida con tal de renciar a la fe de vuestros
mayores, digamos por ejemplo, el tierra
planismo que parece ser una cosa) y que al parecer es con “nuestra apariencia física, a la edad de
Cristo”. Vamos, que de resucitar lo haremos como estábamos a los treinta y
tres años. No sería la que yo hubiera elegido, pero, no, tampoco se bien cuál
hubiera elegido. Tampoco aclara esto si es solo la edad física o también nuestra
edad mental, nuestros recuerdos o nuestro ánimo, también serían el de esa edad
para toda la eternidad (donde, por cierto, calculo que no pasa nada, así que en
realidad no envejeceremos ni nos haremos más sabios). Creo que es un debate
interesante y que no está muy bien resuelto – puede que lo este,
teológicamente, pero que yo no tenga ni idea, ya que de teología también ando
flojillo siendo algo que forma parte de mi incultura enciclopédica – y que
sobretodo deja en el aire a todos los que mueran antes de esta edad, como se
recuperan estos para la eternidad ¿con su ultimo físico, o con aquel que
misteriosamente tendrían a los treinta y tres de haber seguido viviendo, o ya descompuestos?
Además, esto me hace tener la duda de si esto de la resurrección de la carne es
como la imagen residual que cada uno tiene en Matrix (la película, la primera que las demás no merece la pena ni
mencionarlas) aunque imagino que no ya que en la película hay una cierta
tendencia a ser más joven y molón (aunque de todo hay en el código fuente, o en
la viña del señor).
También otras curiosidades más actuales, que al parecer
explican – en caso de ser ciertas, que yo siempre supongo que todo lo que leo
es verdad y esto no tiene por qué ser necesariamente verdad, ni necesariamente
cierto – como el origen de la denominación de Pogo para el baile punk por excelencia: “mañana toca Sabbat. Jasidiés imberbes bailan el pogo en un bulevar al
ritmo de una alegre música sudamericana de moda. ‘Bailar’ no es la palabra
adecuada. Se trata mas bien de pegar saltos salvajes y extáticos, girar sobre
el propio eje, sin moverse del sitio, los cuerpos rebotando unos contra otros”.
Una descripción casi correcta de un pogo en, digamos, México (aunque no sé si
tan siquiera en México puede asignarse música sudamericana a los punks) y por
lo de no moverse del sitio ya que el pogo moderno tiende provocar
desplazamientos, casi tectónicos.
Incluso incluye curiosidades más dudosas, como “en una ciudad del Lejano Oriente se suele señalar los restaurantes
vegetarianos con una esvástica roja, el ancestral signo del Sol y la fuerza
vital”. Digo dudosa, en parte por esa referencia a una ciudad sin
identificar y también por aquello de unir el vegetarianismo con la fuerza
vital. No parece muy creíble, aunque si es cierto que es posible ya que la
esvástica es un símbolo con significados anteriores al que tenemos asociado en
occidente (el nazismo). Tanto es así que en Japón en utilizaba tradicionalmente
en los mapas para representar la ubicación, o disposición (que no recuerdo bien),
de los templos y que tras un debate bastante acalorado sobre si debía de
eliminarse la esvástica en los planos que van a preparar para los próximos
juegos olímpicos para no ofender a los occidentales, han decidido que las
mantendrán ya que para ellos el significado es otro y no ven la necesidad de
occidentalizar sus grafías solamente porque les hayan robado la simbología y la
hayan utilizado para una de las peores causas posibles. Faltaría más que al que
han robado tuviera que sentirse culpable, aunque el debate está servido e
imagino que en un par de meses – cuando las olimpiadas, o juegos olímpicos
estén más cerca – este debate se trasladara a todas nuestras televisiones y
medios de prensa, y se soltaran todo tipo de barbaridades. Ante esto, solamente
diré que “recuerden, aquí les hemos
informado antes”.

Lo que me ha resultado más curioso, ya que la novela pasa en
la actualidad, es la afirmación que hace de que unos disparos contra
manifestantes hechos ahora son “Que yo
sepa, han sido los primeros disparos en directo en la televisión alemana”.
Puede que sea cierto, no soy un experto en televisión alemana y tampoco lo soy
en los juegos olímpicos, pero creo recordar que la resolución de aquel
incidente en los juegos olímpicos de Múnich – sí, he decidido hacerme el irlandés
y decir incidente para una doble matanza – fue televisado en su segunda mitad y
algún que otro disparo en directo se vio.

Pero volviendo al tema de sudar como un cerdo, ¿Qué, por qué
se dice? “porque mucha gente tiene un
problema con la sangre. Antes, cuando hacían la matanza en casa, veían cuanto
sangraban los cerdos, y entonces llamaban sudor a la sangre”. Mira tú, y yo
pensando que era porque te hacían trabajar como un cerdo y sudabas (cosa que no
tenía sentido ya que los cerdos, trabajar, pues tampoco trabajan mucho)
O esa otra del loco “que
se dio muerte por haber sentido un amor inmortal” dando lugar a otro oxímoron
de esos, e incluso esa de que “el termino
alemán Lager significa en alemán almacén, pero, entre otros significados, tiene
también el de campo de concentración”, además del más conocido – en inglés
y puede que en alemán también – de un tipo de cerveza. Ya ves tú, lo que se
aprende.
El caso es que, pese a que le doy credibilidad a estas teorías,
la afirmación que luego hace de que “vivió
tranquilamente como consejero de la Dirección General de Seguridad, DGS, la
policía secreta española” pues me hace dudar ya que estoy casi seguro de
que la DGS no es, ni era, la policía secreta española. Poco secreta seria si
tenía su sede en la plaza mayor, ¿no?, vamos ya sería poca secreta con una sede
oficial.

“¡Divertíos asaltando el castillo!”
Lecturas
Scarflok Annual 1979 – Varios autores (creo)
Vambo – William Ritchie
Los errantes – Olga Tocarzuk
Los hambrientos y los saciados – Timur Vermes
La Capital – Robert Menasse (sin terminar)
Como desees – Gary Elwes con Joe Layden