domingo, 22 de diciembre de 2024

Comentario de textos Noviembre 2024

He de confesar que cada cierto tiempo pienso en adelantarme a esta cita mensual y escribir alguna otra cosa, pero, pese a que me apetece y era la idea inicial de este blog (lo de los libros era una excusa), el caso es que al final nunca encuentro el momento, incluso aunque me pase una semana en Piles, o si encuentro el momento no encuentro que podría contar. Cuando me pongo a pensar en otro tema pues como que se me acumulan y me aturullo, no sé qué historia contar e incluso, a veces, pienso que más que contar una historia podría elegir un tema como “las veces que he estado a punto de perder la vida”, “las historias de carretera más extrañas que me han ocurrido”, “mis (breves) encuentros con la ley”, o no sé, cosas más personales como “porque odio los teléfonos, o mi animadversión al amarillo en la ropa” o incluso cosas más serias pero, ya digo, luego se me viene en tiempo encima y llego a mitad del mes siguiente con los comentarios de textos pendientes y así pasa otro mes, e incluso, en breve, otro año.

Así que, aunque solo a modo de entradilla y no de entrada entera, os contare una de esas cosas que han pasado (no a mí, sino en mi entorno) que no por ser totalmente demenciada, o igual precisamente por eso, me ha hecho mucha ilusión. (como no me ha sucedido a mi directamente, pues igual no ha sucedido exactamente como os lo cuento. Vamos, seguro que no, ya que incluso para las cosas que me han sucedido tengo tendencia a no contarlas como han sucedido. O eso dicen las malas, malísimas, lenguas de los que me conocen y conocen la historia). Imaginaros que estáis durmiendo y empieza a sonar vuestro móvil, insistentemente por lo que tras ignorarlo durante varias llamadas al final decidís cogerlo ya que tanta insistencia pues os mosquea y además os impide dormir por lo que parece la mejor solución cogerlo, decir que pasas y volver a tus sueños. Despertado de esta manera y decidido, a la fuerza, a contestar con cierta acritud y mandar al llamante a ya sabéis donde, te encuentras que es una chica hablando en americano que tras saludarte te pregunta “¿estaréis abiertos estas navidades?” (aclaro, por si hay alguien despistado, que se refiere al Wurlitzer y no, digamos, a mi oficina que a nadie le interesa si estamos o no). Tras un primer momento de duda entre ser amable u tomar otra actitud, y pese a que lo primero que se te ocurre es que no es el momento de hacer este tipo de preguntas, y cuando estas a punto de confirmarle “que sí, que estaréis abiertos” para poder volver a dormirte, ella te empieza a contar que es que va a viajar a Madrid y que varios amigos le han recomendado, que le han dicho que “tiene que visitar el Wurli” y sigue contándote quienes son estos amigos. Tú, todavía sigues un poco desconectado y, básicamente, pensando en cuando colgara, cuando entre varios nombres, oyes que dice “Nikki, Nikki Corvette” y…, claro, ya estas despierto (o bastante despierto) porque Nikki Corvette es Nikki, Nikki Corvette (que igual no os sonara y os estáis preguntándoos quien es Nikki, pero, creedme, es un nombre mítico para algunos, y digo mítico pese a que no debería ser ya mítico porque se supone que no puedes conocer a tus mitos y tú, tu “ya has conocido Nikki en persona”). Esta ya sería una cosa bastante “ilusionante”, ya que Nikki estuvo en el Wurlitzer, no sé, hace diez, doce años y ahora se lo recomienda a una amiga suya. Ya digo, extraño y alucinante pero no increíble si todo acabara en esto. Pero, no, nada más lejos de terminar aquí la historia. Como ya estas más o menos despierto, le dices que “fenómeno, que gracias, que sí que estaremos abiertos, que salude a Nikki, y que, por supuesto esperamos verla por aquí, pero, solo por curiosidad y por saludarla: ¿Qué quién es?” ¿Quién es, para poder mejorar esta historia, os preguntareis (los pocos lectores que no conocéis toda la historia)? Y entonces, si bien podría haber dicho algo como “Luke, yo soy tu padre” (frase que todo sea dicho nunca se dice en toda la trilogía, o enealogía o lo que sea ya), va y responde “I am Josie… Josie Cotton…”. Vale, si la primera respuesta habría sido claramente una broma, esta no parece estar lejos… “¿Josie Cotton? ¿Me acaba de llamar Josie Cotton? ¿acabo de hablar con Josie Cotton desde la cama y sin llevar pijama?”

Y si, os veo (a algunos, los mismos que antes me temo) preguntándoos ¿Quién es Josie Cotton? ¿Por qué es ilusionante esta historia? Bueno, parafraseando a alguien “si tengo que explicarlo, no lo vas a entender” Así que mejor lo dejamos aquí, y solo añadiré que espero que venga y que yo ande por el bar porque a mi si me hace mucha ilusión que Josie Cotton pueda venir al bar, que Nikki se acuerde de nosotros y ¿Quién sabe? Igual podemos organizar un concierto de las dos… pero como ya se os habrán quitado las ganas de “mis historias” pues, venga a los comentarios.

Una cosa que nos pasa cuando andamos de librerías por NYC es que Alvaro, pese a ser un lector empedernido, por educación se “coarta” a la hora de elegir o comprar libros dejándome a mi esta responsabilidad casi en su totalidad. Así que yo, también por educación, pues miro libros que creo que le podrían interesar pero que igual yo no me compraría, y se los señalo para ver si los añadimos a “mi compra”. Este año uno de estos libros fue Confessions of an Antichrist, una novela de una escritora noruega sobre una banda de metal extremo y, por supuesto, satánico que podía ser que lo mejor que tuviera fuera la portada o incluso que estuviera bien. Me alegra decir que es un libro bastante, bastante, divertido y con cosas que comparto plenamente, por haberlo probando en mis propias carnes, como ese “It’s my firm belief that if you shed lots of weight it will come off your brain and personality before it comes off your thighs” o ese otro (que reconoceré no se me había ocurrido pero que me encanta) de: “I sincerely believed the word «hippie» was a diminutive form of the English word «hypocrite» and that they wore their hypocrisy with pride”

Pero ademas de esto pues me encanta su descripción sobre algunos clubs de moteros,o igual solo de “malotes”: “ a gang of old faux-bikers with greying beards and sagging guts who maintain that wearing sunglasses in the dark, having a gun license, sporting the same clothes and holding the same views for decades makes them worthy of respect”; y tambien por haberlo visto personalmente su descripcion de la escena StraightEdge me parece bastante acertada: “I had always thought the straight-edged scene was a strange one. These were bands and kids that eschewed drugs, alcohol and sometimes sex in favor or regular exercise and a macrobiotic diet. That’s not to say that they were benign, peace-loving beatniks – their music was fast, ugly and aggressive and their politics was often fascist. You throw those ingredients into a sweaty venue and add a PA system and you soon discover that straight-edge gigs can be among the most violent on the planet. Without drugs and alcohol to dull the senses, the pace and hostile trash of their metal turns a straight-edge mosh-pit into an impromptu bout of near-professional kickboxing.”

Y una de las partes más divertidas es cuando el batería de la banda intenta explicarle a su católica madre que él no tiene más que mirar sus tatuajes para ver que es un satanista “de pro”, si lleva una cruz invertida le dice, a lo que la otra le responde que se deje de tonterías que “es la cruz de San Pedro” y que además que cuando más se le ve, que es cuando levanta los brazos, la cruz le queda del derecho, así que, que se deje de chorradas. El todo digno, satánicamente digno, le dice que se fije en su tatuaje de su pentáculo (la estrella de cinco puntas), claramente satánica, a lo que ella le responde “don’t be silly Peter. The five points represent the five wounds that were inflicted on Christ on the Cross”. Si es que no hay nada que pueda cambiar la opinión de una madre católica sobre la bondad de su hijo, quiera el ser satánico o lo que crea ser.

Esta visión católica de la madre contrasta con la visión del catolicismo de un compañero de banda que se considera vikingo de la fe nórdica y que expresa su idea del catolicismo como: “ you know why the Saxons know nothing of the Norse faith? It’s because a deliberate `plot to suppress the traditional beliefs of the Norse in favor of an inferior import: a Middle Eastern religion that got hijacked by a bunch of effete Italians who then spread a corrupted version across the world like a virus – a debilitating virus that leaves its victims in a state of ignorance and subservience.”

Ya digo, un buen divertimento de novela, una buena compra. Igual que resulto serlo Fantastic Land, (comprada con el mismo criterio) que en principio (para mi) parecía mala por eso de ser una mezcla de El Señor de las moscas y Battle Royale, así con su punto cultureta y a la vez adolescente para que haya poca gente que comprenda las dos referencias. La verdad es que la premisa de la novela: a los promotores de un parque de atracciones en Florida se les ocurre que como parte de su plan de gestión de riesgos frente a inundaciones, huracanes y varios y con la idea de que lo que no destroce la naturaleza no sea destrozado, vandalizado o, directamente saqueado tras la catástrofe (ya, así a priori todos pensaríamos que parece una precaución innecesaria ya que ¿Quién va a ir a saquear una zona de catástrofe? Bueno, creo que todos hemos visto lo sucedido en Valencia donde la gente – además de su mejor versión – pues también ha sacado la otra y ha aprovechado para robar, no solo tiendas, sino a sus propios vecinos) dejar un retén voluntario de trabajadores con los pertrechos suficientes para que resistan en las zonas de seguridad a que pase la catástrofe. Y bueno, como ya las referencias os han hecho el spoiler pues ya podéis imaginaros lo que acaba pasando, porque al fin y al cabo ¿Qué podía salir mal, dejando a varios grupos de personas aislados sin saber que pasa alrededor? Ya digo, no parecía que fuera a ser gran cosa, pero la verdad es que tiene un ritmo muy bueno y engancha bastante.

Lo mejor de toda la novela es la descripción que hacen, a posteriori, del encargado de la seguridad del parque que debía estar a cargo de gestionar todo el plan (no exactamente un equivalente pero sería aplicable a, pongamos por caso, Mazón): “He could have saved a baby from a burning building on national TV, and it wouldn’t have made a dent in how much people hated him. If he showed up on a desert island with a sandwich and a rescue boat, most people would try to beat him to death with the sandwich.”

Aunque he contado las dos seguidas la verdad es que entre medias me leí una que había elegido yo: Violent Spring que prometía ser una novela sobre conflictos raciales en Los Angeles, en 1992, justo después del caso de Rodney King.y que parecía prometedora. Nada más lejos de la realidad y es una novela lenta y sin ningún interés. Bueno, por no ser tan duro reconoceré que sí me ha gustado esa frase de “He hunted bail jumping burglars with acne-scarred faces and fleeing gang member hefting Uzis with Rebooks on their feet that cost more than their weapons.” Que describe tanto la obsesión por las marcas como la locura que el mercado de zapatillas es a día de hoy, especialmente el dedicado a jóvenes pre adolescentes y otros.

Y también, aunque no es parte de la novela sino de añadido posterior a forma de refelxion del autor sobre la novela creo que puede, por lo poco que he visto de Los Angeles y sin conocer Johannesburgo, la comparación que hace de ambas “He also reflected that JoBurg was not so different than the City of Lost Angels: whites ensconced behind high walls shrouded in webs of electronic security, a growing chasm between those who want and can get and those who go wanting, an immigrant labor force, and recession and crime at an all-time high.”

 Mi siguiente lectura, otra compra mía y sin excusas, fue Tremor que, pese a que tiene cosas buenas, no me gustado especialmente (ni siquiera tengo claro de que va) y, más bien, me ha parecido una novela muy pesada.

Principalmente las cosas que me han gustado de esta novela tienen que ver con curiosidades como  “He recalls the advisory note often present in Australian produced films, addressed to Aboriginal and Torres Strait Islander people, than the film they are about to watch contains images, voices, and names of deceased persons.”, que me soprende por la tonteria de tener que seguir poniendo algo como esto y más como “ gesture of respect and caution”; a ver si no entienden lo que es una ficción pues como he dicho “si tengo que explicarlo, no lo vas a entender”

Soprendente es tambien que (al parecer) en Yoruba “Àán j’oba can mean «we are installing the king» or «we are eating the king.» The pronunciation is exactly the same so what you hear in it is whatever you want to hear.”, asi es facil tener malentendidos de cierta relevancia.

En cualquier caso, una idea que se repite en el libro es la de que la vida siempre te sorprende y que es imposible estar preparado, ya sea porque siempre se supera: “you think you know how hard life can get. Then something else happens, something of a kind different to what you ever allowed yourself to expect and you have to revise your whole picture. This doesn’t stop happening there is no end of surprise. Strangeness arrives again and again, without end. We live on the accumulated ruins of experience.”; o ya sea porque las cosas se producen por mucho que nos preparemos para ellas: “We want to think we can avoid suddenness, we want to think that we can prepare ourelves for suddenness. The ground opens up. Life is not only more terrible than we know it sis more terrible than we can know.”

Aunque no todo es triste y la historia de esa persona que participa en la busqueda de una excursionista que ha desaparecido en un viaje en autobús para al día siguiente al oir las noticias de la búsqueda: “ Only then was it realized that the woman had been found or, rather, that she had never been lost: she had been on the tour bus for the entire time. Not only had she changed her clothes, leading to a confusion in the police description, but she herself had not recognized that the person being describes was her. She has participated in the search for herself.”, que imagino es algo que nos podría pasar a cualquiera como nos pasa que no nos reconocemos nunca en la megafonía de un aeropuerto.

La última frase se la dedico a todos los trabajadores nocturnos que se quejan de sus horarios (e incluso a los que no, los menos) ya que creo que es bueno recordad que “Whenever a person wakes up, that is morning for them.”

Leída esta pesada novela decidí pasarme a la que es una de mis escritoras favoritas últimamente de la que he de decir que solo me compré esta novela pero que estuve a punto de comprar dos de ella (si, en la misma tienda y a la vez) y si no lo hice fue porque había una que a la vez me producía fascinación y terror: una que había escrito en compañía de Hillary Clinton, ni más ni menos. Una parte de mi quería comprarla ya que, casi seguro, que no sea una novela que vuelva a ver fácilmente, pero otra decía que aquello no podía terminar bien. Así que mi compra fue A world of curiosities, que pese a pasar en el tranquilo (pese a que siempre pasa de todo y todo raro) y bucólico pueblecito de Three Pines, el escenario habitual de sus novelas pues tiene la trama de un verdadero psicópata que tiene un plan maestro de venganza que ha estado desarrollando durante años. Vamos una de esas historias complejas en las que nada es lo que parece, pero al final todo se resuelve.

A mí me ha gustado, aunque menos que otras suyas, pues siempre me gusta que me recuerde la matanza de la politécnica de Montreal que no conviene olvidar o que los ingenieros de Quebec llevan un anillo, que se van pasando unos a otros, y que “Well, I think you know that they were originally made from the metal remains of the first Quebec Bridge. It collapsed in 1907, killing eighty-six workers. It was a catastrophic failure of engineering. The rings were made to remind engineers of that disaster and the consequences of what they, what we, do.”

Tambien me ha gustado leer la historia de Anne Lamarque, que fue quemada por bruja cuando realmente la causa fue que: “She pissed the authorities by owning and running a business. A successful inn in the seedier part of town, back when Montréal was a little more than a puddle of shit an dbroken promises. The church wanted to exert control, so the imposed a curfew… and banned alcohol…when the priest showed up to close her down. Anne told them to fuck off… Then chased them down the street shouting abuse. That pretty much sealed her fate. Bishop Laval and the Jesuits hated her for defying them.”; O casi, ya que luego hace una sutil diferencia en la causa: “For proving it was posible to defy them.”, que parece lo mismo, pero no lo es y, la verdad es que parece que ya le tenían ganas desde el principio porque “she wore glasses and could read.”

Mo siguiente lectura fue una de las pocas compras de Alvaro, The Warriors, Si, la de la película de Walter Hill que fue parte de nuestra adolescencia y que veíamos en el cine Covadonga en sesión matinal junto con otros clásicos musicales (Hair, The Last Waltz, Quadrophenia, etc.) , o que intuíamos a veces ya que había días que había tanto humo – ni de tabaco, ni de vapeadores de esos – que el proyeccionista paraba la proyección y sacaba un cartel diciendo “parad de fumar, que no se ve nada”, y luego la retomaba tras un rato de protestas.

Del libro he de decir que es malo y que lo más dudoso es como se pudo sacar una película decente (no diré buena, aunque lo piense, ya que hace años que no la veo y los recuerdos de la adolescencia no tienden a ser fiables) aunque como el propio autor del libro explica comentando la misma en estos términos: “the movie, whose action is more balletic than real, was much less violent than my novel; the casual, random killing of a bystanding man and the gang rape had been excised (well, how could you relate to a gang that dis such things). I thought, on the whole, that the movie was trashy, although beautifully filmed.”

Claro que el propio autor del libro explica que su libro está basado en un texto griego clásico, en la Anábasis de Jenofonte ni más ni menos (para que luego digan que perdíamos el tiempo haciendo pellas cuando estábamos estudiando a los clásicos) si bien como dice el propio autor (del libro) pues “Yet, whatever I thought about rhetorical devices, parallels, literary references, I was determined to bury them in such a way that they would work subliminally on the minds of the literate reader. If you missed the references, then you had, I hoped, a good story.” y no digo más, pero yo, y creo que todos, nos las hemos perdido en el libro y, aun mas, en la película.

Pues ya, casi a medio mes, llego el momento de quedar para tomar un café con mi amiga Maria de la O (a la que ahora, cariñosamente, llamamos la traidora por motivos que no viene al caso) e llevar a cabo nuestro periódico intercambio de libros. Como ha cambiado de trabajo (vale, este es el motivo de su nuevo alias) pues esta vez tuvimos que innovar y como acababa de cambiar de zona pues todavía no tenemos un sitio claramente definido para estos intercambios, espero que para este nuevo año ya tengamos (ya tenga la traidora) un sitio seleccionado. En cualquier caso, mi lectura de este intercambio ha sido Las reglas del Mikado que, creo, yo no me habría comprado ya que es una de esas historias de buenas personas, en el que una joven gitana que escapa de su familia es ayudada por un viejo relojero con el que se encuentra de acampada en mitad del campo. Todo, incluso lo malo, son buenos sentimientos, algo que, a mí, la verdad, pues no me acaba de gustar especialmente, pero diré que se deja leer sin mayor problema, pero tampoco sin mayor encanto, pero que afortunadamente provenía de mi librería de referencia (ya sabéis, Méndez en la calle mayor) y que me permitió no pasar el mes sin sentimiento de culpabilidad por no haberla visitado en este mes. Ya digo, todo buenos sentimientos de buenas personas.

Lucky Dogs, podríamos decir que empieza como una novela de dos mujeres contra distintos aspectos del patriarcado ya que las dos protagonistas se conocen en un quiosco de helados en Paris cuando una de ellas es molestada por unos jóvenes parisinos (no por no ser francesas sino por ser mujeres) pero en las que luego nada es lo que parece y la historia se complica de una forma bastante compleja con intrigas internacionales de por medio en las que una se ve involucrada ya que “I fail for the same old scam, as if outer beauty ever safeguard against inner rot. I, of all people, should have known better”. Porque si, porque por mucho que neguemos que la belleza no es lo más importante, es muy fácil que esta nos haga equivocarnos en las decisiones cuando esta nos apabulla, esto nos pasa a todos. Igual que con muchas causas nos decimos ese “Nunca más” o ese “No os olvidaremos” sin olvidar que en muchos casos no dos damos cuenta de que como sociedad muchas veces no es este el problema, sino que “But the West couldn’t forget people it had never thought about in the first palce, now could it?”

Como yo soy un fumador convencido de que, si bien puede tener problemas de salud, tiene ventajas inherentes superiores a las de la meditación ya que “Smoking is sometimes like a Deep breath exercise. Plus, it spreads heat throughout the body”, con lo en determinadas épocas del año, o situaciones, además de server para meditar pues te ahorra tener que comprar un paquete de castañas. Que tampoco está mal.

La historia de The quiet tenant (si, ya la última lectura de este mes) es una de esas historias que muestran como personas aparentemente normales pues no lo son, y resulta que son asesinos en serie y secuestrados de niñas (a veces incluso de sus propias hijas) u otras cosas, pero como incluso pueden convivir o tener éxito en sociedad, e incluso seducir a otras personas sin necesidad de recurrir a la violencia. El caso es que esta bastante bien estructurada, con cambios de personajes entre la secuestrada, otras vistimas previas y otras personas del pequeño pueblo en el que vive (y mantiene secuestradas a sus victimas).

Como pasa en un pueblo pues hay saberes populares de, algo mas que, dudosa verosimilitud como ese “I’ve heard that if you drink from someone else’s glass, you can read their thoughts. Find all their secrets.”, saber que todos los que hemos estado en el final de alguna fiesta o en otras situaciones sabemos que, afortunadamente, es mentira y que los secretos siguen siendo secretos. Otros sin embargo resultan muy educativos como cuando se pone a enumerar como se llaman los distintos grupos de animales (una manada, un rebaño, un enjambre, etc.) y al llegar a algunos no tan obvios, la cosa se pone divertida: “Lemurs? A conspiracy. Crows? A murder. That was my favorite one. A murder of crows. Crows are so Goth. It had to be a murder.”; y otras cosas pues son sencillamente erróneas, o demasiado mezcla de idiomas, como ese llamar a los miembros de la familia Gonzalez como “The Gonzaleses”.

En cualquier caso, por haber experimentado algo parecido, la parte con la que más coincido es con ese “You wake up, medial-dram style, on a bed in the ER. Julie’s concerned face floats above yours. «Can you hear me?» she asks, and it turns out you’ve been awake in some capacity for some time, you just can’t remember it. There is a black hole where memories should be. It will never fill up. IN the great movie of your life, the screen stays black for several minutes, You fell robbed, like something of great value has been taken from you.”

Y aquí seria el momento de dejar esta entrada que ya se ha hecho un poco larga de escribir, que es una de las pocas veces que necesito dedicarle dos tardes y, me imagino que, de leer, pero antes de la frase final he de contaros una historia que ha sucedido recientemente y que es incluso más demenciada que con la que he empezado y de la que, una vez más, solo soy espectador de segunda mano.

Todo empieza cuando uno de los grupos emergentes de moda pide fecha para tocar en el Wurlitzer pero poco antes de la fecha del concierto su cantante es ingresado en el hospital (no, no por excesos puntuales, sino por una peritonitis o algo así). El caso es que el grupo se plantea o bien suspender el concierto o bien convertir el concierto en una fiesta de homenaje / apoyo a su cantante. Obviamente, sino no habría historia, se deciden por la segunda opción y deciden hacer un concierto en el que en cada canción el cantante será sustituido por el cantante de otra banda emergente y de moda. Antes de confirmar quien cantara que canción se ponen las entradas a la venta y se vende todo el aforo que habían puesto en el tiempo record de diez minutos (bueno, esto tiene trampa ya que reducen el aforo para invitar a medio mundillo musical de Madrid, pero aun así es un record). Se van confirmando los cantantes, pero horas antes de que empiece el concierto no se conoce quien cantara su himno. Inicialmente lo cantaría un cantante consagrado, pero este es vetado por un programa televisivo al que va a acudir ese mismo día (curiosamente un programa que se queja de que otros le vetan los invitados) así que nadie sabe nada, salvo que va a ser algo grande.

Total, que llega el día del concierto, la tarde del concierto, y va llegando la gente: los invitados pues dan vueltas por los alrededores haciendo tiempo para llegar cuando no tengan que esperar mientras que aquellos que han comprado entrada pues montan una cola en la puerta del local.  Dentro el grupo ya ha probado, pero no ha confirmado quien será quien cante su himno, solo se sabe que será algo grande, más grande de lo inicialmente previsto y se marchan a hacer otras cosas dejando el enigma flotando en el aire (que cantaba Dylan, pero que no, que no será) tanto del interior como entre el público que forma la cola.

Cuando ya queda solo una hora, o menos, para abrir puertas y que empiece el concierto entra en el local alguien sencillamente inconfundible: entra Él. Si, Él… Raphael. Entra con toda la seguridad de un artista, de un artista que ha visto una cola a media tarde y ha dado por supuesto que el local al que él iba pues obviamente era en el que había una cola de personas esperando ¿Dónde si no iba a ir Él, o porque iba a haber una cola, a esas horas, si no era para esperarle a Él?

Dentro del local solo están tres personas: Alvaro que es el primero en verlo y que entabla una conversación con Él; Adolfo, el técnico de sonido, que se queda en blanco frente a la posibilidad de que Él sea el cantante del himno y tener que sonorizarlo; y Ace, que se desinteresa completamente del tema, y sigue haciendo cosas (sus cosas incomprensibles) por la barra sin prestar ninguna atención a la aparición de Él.

Lamentablemente no hay registro del dialogo entre Él y Alvaro, pero seguramente fuera algo así como “Hola, ¿Qué tal, te puedo ayudar en algo?”, “Hola, encantado. Sí, claro, vengo a actuar” … (dialogo interior de Alvaro: ¿perdón? ¿Cómo dices? ¿Estarás de coña, no? Esto se nos va de las manos, otra vez) … la voz exterior de Alvaro “¿aquí, hoy?”; “si, hoy, ahora a las siete, aquí en el teatro” (aclaración geográfica: debajo del Wurlitzer hay una microsala – ilegal – de teatro y monólogos, por lo que el dialogo interior de Alvaro es algo como: ni de coña, eso sí que no. Como va actuar Él, en ese sótano… ¿Qué dice? Hasta que, de repente, Alvaro se da cuenta de otra casualidad geográfica: al lado está un teatro grande en el que precisamente se graba un programa de los más famosos de la televisión, ese que había vetado al que iba a cantar el himno principal del grupo, y…) “ahhh, vas al teatro de al lado, a la cuchufleta”, “si, ese es allí voy”, “pues nada, vaya, no, no es aquí, es un poco más abajo, pero encantado de saludarle”, “Gracias, pues nada. Encantado” y se marcha por la puerta con su fular blanco, con su traje de actuar en una funda y con su propio de apoyo.

Fuera en la cola, habría de todo, pero algunos estaban convencidos de que, era cierto, iba a cantar el himno alguien muy grande, tal vez excesivo, iba a cantar Él, y, bueno, sencillamente no daban crédito, o estaban asimilándolo cuando para su tranquilidad El salió por la puerta y sin que nadie le saludara se marchó calle abajo con su fular blanco su traje de actuar en una funda y su propio de apoyo siguiéndole.

Hasta aquí la historia seria, ya de por sí sola impresionante, pero no acaba aquí. Como habréis leído en la prensa, visto en la televisión, oído en la radio, o un poco de todo esto en los medios digitales, al poco de entrar en el teatro para su entrevista le dio un sincope, siroco o jamaro, y tuvieron que venir varios SAMUR con UVI para llevárselo al hospital. Si bien nadie sabe por qué le dio este jamaro es inevitable pensar que su entrada en el Wurlitzer tuvo algo que ver, bien porque fue demasiada emoción o bien porque su cerebro fue incapaz de aceptar que había una cola para un espectáculo musical que no era el suyo y donde nadie le paro para hacerle una foto y nadie (ni dentro ni fuera) dio ninguna muestra de que le pareciera relevante su presencia. Ahora las redes (bueno, solamente X) están llena de todo tipo de teorías de la causa de su accidente, de memes que combinan Él con el Wurlitzer y, en fin, de todo un poco.

Creo que como historia es impagable y yo me identifico con la teoría de que Él, Raphael, no quiso dejar pasar la oportunidad de zanjar de una vez por todas el debate sobre si se dice “el wurli” o “la wurli” y que entro a decir para que quede claro que es “Él Wurli” porque lo dice Él.

Pues eso, “Divertíos asaltando el castillo”

 

Lecturas

Confessions of an Antichrist - Marta Skadi

Violent Spring - Gary Phillips

Fantastic Land - Mike Bochoven

Tremor - Teju Cole

A world of curiosities - Louise Penny

The Warriors - Sol Yurick

Las reglas del Mikado - Eric De Luca

Lucky Dogs - Helen Schulman

The quiet tenant - Clémence Michalon