martes, 6 de agosto de 2013

Reflexiones incoherentes: patentes o el "balón es mío"



Advertencia: este post no contiene ninguna foto.

Ayer acabe un libro (El octavo día, se llama) de una editorial de la que nunca había comprado nada, al menos conscientemente: Automatica Editorial. El libro me gusto, bastante, pero no es de eso de lo que quiero hablar, si eso, ya lo os lo cuento otro día. 

No, lo que me llamo la atención y motiva este post es una nota de la editorial al final del libro (donde normalmente viene donde y cuando se acabo de imprimir o el tipo de letra que se ha usado o, lo mas habitual: nada) que decía (dice):

“Automatica editorial, le agradece la lectura de este libro. Esperamos que disfrutara de él tanto como nosotros, y le animamos a que lo recomiende, lo preste, o lo regale a los amigos” 

Llamativo ¿no?. No solo el hecho de que no agradecieran la compra del libro, solo su lectura, si no que el que animaran a prestarlo, algo que puede que con la legislación en la mano igual resulta que esa prohibido. Si no lo esta, es posible que lo este en breve tal y como avanza el mundo.

Porque no nos engañemos, cada vez somos menos libres para hacer según que cosas. 

De hecho cuando compras un libro digital parece que no “compras” el libro, si no tan solo el derecho a tenerlo en tu reproductor digital. Tu biblioteca digital no es una propiedad que puedas transmitir, no puedes dejarsela a tus queridos seres queridos (creo, aunque puede que puedas si les dejas el correspondiente lector). Cuando mueras (si, esperemos que sea dentro de mucho tiempo) tus queridos seres queridos no podrán repartirse tu biblioteca y guardar aquellos libros con los que crecieron. Tendrán que volver a comprar los derechos digitales.

Es verdad que esto puede resultar una bendición. Os hablo por experiencia propia ya que yo no solo herede una “montaña” de libros de mis padres (por si os interesa: tras mucho pensar en como hacerlo, decidimos que la única forma viable era repartirlos alfabéticamente, salvo algunos libros específicos que tuvieran un valor sentimental especial para alguno. Bueno, realmente fue por cajas, pero como mis padres tenían la librería ordenada alfabéticamente este reparto equivalía al alfabético. Esa, y no otra, es la razón por la que aun tengo que librarme de algunos libros de Mario Conde) si no que ademas tengo “en consigna” gran parte de los libros que mis hermanos no se llevaron (Rafa, Maite, aquí siguen las cajas esperando); así que si, ciertamente el que todo estuviera en digital podría ser una bendición.

Sin embargo, ignoro la bendición ya que no consigo imaginarme que toda la librería de mis padres hubiera desaparecido con su muerte (bastante desapareció, concretamente casi toda la colección de policiacas y eso ya fue una gran perdida). Tampoco soy capaz de imaginarme toda su librería en un medio digital, sin el placer de hojear los libros o de ver como rellenaban las habitaciones e incluso las casas en las que he vivido.De alguna consiguieron echarnos. Pero ese es otro tema, si eso, pues ya os lo cuento otro día.  

Es verdad que el libro de Automatica Editorial también tiene su nota de copyright en la que indica que esta prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio del mismo. Algo que haré (lo de reproducirlo parcialmente) en su debido momento, como hago con todos los libros que me han gustado, que espero que no resulte en penas graves. Delitos mas grandes he cometido y he salido impune; espero que de este también.

El caso es que, con la ley en la mano, el hecho de compartir por escrito (creo que verbalmente todavía se puede), sin permiso expreso de la editorial, las mejores frases de un libro es un delito. 

Realmente, aunque la advertencia es razonablemente nueva (he mirado un poco mi librería y en las ediciones que tengo anteriores a mediados de los años noventa no aparece. O aparece ocasionalmente) se que el hecho del que advierte no es nuevo. Todos lo sabemos, no es como lo de fumar que algunos tenemos dudas sobre su maldad. 

El copyright, como las patentes, es algo mucho anterior a los años noventa, seguramente existe dede siempre (supongo que el aumento de las advertencias se debe a la mejora de los medios de reproduccion: fotocopiadoras, escaneres y otros).

Es algo que todos asumimos como algo razonablemente valido: al fin y al cabo es el mecanismo para retribuir al autor. Si no hubiera derechos de autor, es posible que nadie quisiera escribir, aun cuando casi todos los creadores aseguren que “lo hacen por una necesidad personal de desarrollo interior”. Ellos, como creadores, dicen que sienten la pulsión incontrolable e incontenible de crear, no les preocupan las reglas del mercado. No, ellos son artistas y lo suyo es una necesidad interior. 

Escribirían aunque no hubiera dinero en ello, ellos son artistas, escribirían aunque nadie comprara sus libros (muchos escriben sin que nadie los lea y es mejor que las cosas sigan así). Si fuera cierto...

Pero tampoco quiero entrar en el debate de si los creadores seguirían creando si no consiguieran hacer dinero (creo que Cervantes, antes de El Quijote, probo muchos géneros - sin ningún éxito - y solo como medio de subsistencia, o de obtención si no de dinero, si de la fama).

No, tampoco quiero referirme exclusivamente a los escritores. No, los mismo pasa con los músicos, los pintores, los cineastas y en general cualquier creador. 

Eso si, no puedo dejar de aseguraros que yo no tendría la cultura musical que tengo ahora (escasa y muy parcial, soy consciente) si no fuera por todas aquellas cintas que grabábamos de la radio y nos intercambiábamos, o por las copias ilegales que realizábamos de los discos completos de nuestros mayores y conocidos (los pequeños hurtos en establecimientos también han contribuido, pero menos); ni tendría la cultura técnica que tengo (también escasa y muy parcial) si no fuera por los grandes libros clásicos (de la técnica), revistas y artículos a los que he tenido acceso gracias a la mágica existencia simultánea de bibliotecas y de tiendas de fotocopiadoras; seguramente si tendría la cultura literaria que tengo por haber tenido la suerte de tener padres y hermanos lectores y de que robar en casa no sea robar, tan solo sea sisar. Básicamente la cultura que tengo (escasa y muy parcial) proviene de los delitos que he cometido.

Creo que precisamente por esa cultura (escasa y muy parcial) y pese a que no pueda parafrasear a Cary Grant (creo) en North by Northwest al referirse al sector de la hostelería con aquel famoso “No pueden matarme, tengo mujer... ... y varios camareros depende de mi...” si puedo decir que colaboro en mantener una de las pocas tiendas de discos que quedan en Madrid, una buena librería y la edición de bastantes libros técnicos. No tengo nada contra el Copyright, quede claro, entiendo su existencia e incluso puedo estar de acuerdo en que es necesario (si bien, seria necesario pensar en mejorarlo para que fuera posible reeditar libros o discos sin tener que esperar a que “caduquen” los derechos de autor y que podamos llenar algunas de nuestras lagunas enciclopédicas).

Algo parecido me pasa con las patentes: puedo entender su existencia e incluso compartir algunos de sus beneficios, al fin y al cabo parece justo retribuir a los inventores y este es el mecanismo.

No, lo que me pone nervioso es el abuso del mecanismo de patentes. Hoy en día, cada vez mas, patentar es precisamente la forma de coartar la innovación, es el “no, no puedes usarlo (sin pagarme) porque lo tengo patentado”; es el “tienes que elegirme a mi para tu equipo que el balón es mío, o me marcho y os quedáis sin balón” del patio del colegio. 

No debería serlo, pero lo es. Y lo es legalmente. No soy experto en el tema, solo tengo cultura de barra de bar, por lo que igual estoy equivocado en todo, o en casi todo, o en nada; en cualquier caso es una sensación que tengo. Afortunadamente creo que no soy solo yo, sino que el Pirate Party esta, o estaba antes de que le quitara el hueco la extrema derecha, triunfando en el este de Europa - el este bueno, se entiende, los países escandinavos y allegados; no en los malvados países comunistas - y no, la piratería de la que hablan y quieren hacer legal no se refiere solo a la música o a la información confidencial si no al conocimiento en general. A la cultura como arma de control. 

Ahora la gente (las empresas e incluso los gobiernos) patentan mucho (de hecho es uno de los principales indicadores del grado de I+D+i de un país). Eso esta bien. 

Pero en muchos casos el objetivo de patentar algo no es el usarlo, no, nada tan fácil. 

En muchos casos el objetivo de patentar algo es que otro no lo pueda usar. Así de simple. 

Si, como os lo cuento. Por ejemplo: International Ventures es una de las empresas que mas patentes ha registrado en los últimos años (en Estados Unidos) y sin embargo no ha desarrollado casi nada basado en las patentes que ha registrado. 

Pero eso no es posible, diréis: para poder patentar algo hay que crearlo ¿no?. 

Pues no, ahora se pueden patentar procedimientos, ideas y cosas así. Por ejemplo puede patentarse la existencia de un sistema que maneje el ordenador con la vista, sin necesidad de desarrollarlo, ni escribir una linea de código (de hecho hoy en día Verne podría impedir, si hubiera patentado sus “inventos” literarios, prácticamente toda la tecnología espacial o submarina; K. Dick podría impedir el desarrollo de todo lo demás).

Si alguien consigue desarrollarlo posteriormente, pues se le demanda y con un poco de suerte o se consigue que te paguen por la patente o, lo mas habitual, se consigue que abandone la idea (el coste mínimo de un juicio por patentes esta cercano a los 2 millones de dólares, cifra inimaginable para alguien que empieza, o que no empieza). 

Ya, ya, se lo que pensáis: siempre hay tiburones e International Ventures son uno de ellos, son una anécdota. Posiblemente, posiblemente... pero 

... solo para vuestra información os diré que los accionistas de International Ventures son casi u quien es quien de las multinacionales de la tecnología (Apple, Microsoft, Cisco, Amazon) ademas de varias de las mas prestigiosas universidades tecnológicas de estados unidos. Ya veis, unos advenedizos que no duraran.

Ya, ya, se lo que pensáis: la empresa privada es mala. 

Si, seguramente, pero algo parecido ha hecho el gobierno de Francia al crear France Brevets, empresa estatal de compra de patentes, dotada con 100 millones de euros, pero que no participa en su desarrollo. Solo espera, para segar y recoger; para decir “ese balón es mío”.

Ya, ya, veo por donde vais: bueno la tecnología  puede esperar, la cultura también puede restringirse; son pequeños fallos de un sistema imperfecto (como todos), pero todo se corregirá y no es tan importante.

No, tenéis razón. Tampoco es tan importante. O tal vez si lo es. Dejadme contaros otras cosas:

A principios de los ochenta, el SIDA (aun no era IVHS) estaba conviertiendose en una epidemia (vale, una epidemia ya lo era, pero solo en el tercer mundo que puntúa menos). Uno de los primeros problemas que se planteaba era su detección, antes de que la enfermedad avanzara lo suficiente para hacer casi inevitable el desenlace. 

Había que saber quien lo tenia y quien no y no era fácil, ya que como sabéis los primeros síntomas podían ser los de un catarro, los de una alergia, los de casi cualquier cosa. Muchas instituciones se pusieron a buscar este sistema de detección. Entre las principales estaban los franceses, el instituto Pasteur si no recuerdo mal,  y como no podía ser menos también los americanos, creo que un tal Robert Gallo era el que dirigía este equipo. 

Los franceses consiguieron descubrir un sistema que funcionaba antes que los americanos (aquí podría hacer un chiste sobre los franceses y las mariconadas pero no lo voy ha hacer, dejare que cada uno hagáis el vuestro). 

Lo patentaron. 

Al poco los americanos descubrieron prácticamente el mismo método y también lo patentaron (en su lado del océano).

Os diréis pues que bien, a falta de un sistema tenemos dos; mejor que mejor, al fin y a cabo se ha solucionado una parte de un problema que esta matando a gente. Bien, que alegría, podemos fabricar cualquiera de los dos sin problemas; seguro que esto reduce los costes y coloca un método fiable rápidamente en el mercado; incluso si colaboran ambas instituciones tendremos un método mejor, mas fiable y mas barato.

Ingenuos que sois (somos). Ojalá.

No, no sucedió eso. Lo que sucedió es que ambas instituciones se enzarzaron en una serie de pleitos, que duraron varios años, solamente por ver quien mantenía la patente. Durante esos años, a falta de aclarar de quien era realmente la patente no se podía aplicar el sistema de detección patentado. Ninguno de los dos. Mientras tanto seguía muriendo gente, pero la patente era mas importante.

Al final se reconoció algo evidente, por fechas, y era que la patente pertenecía a los franceses. Problema solucionado, ya se podía detectar el SIDA eficientemente y solo con un retraso de varios años. Ningún problema.

Bueno, si había (aun hay) un problema: quedaba por encontrar una cura, o algún medicamento que pudiera paliar sus efectos. Ahora todos colaborarían y se avanzaría realmente.

Casi, pero no (ingenuos que sois).

Cada laboratorio competía con los demás sin compartir su información, patentado aquellos médicamente mas prometedores que parecían funcionar, ralentizaban el proceso impiendo que los demas los pudieran usar. 

Pero se avanzaba, me diréis. 

Si, se avanzaba, os lo reconozco y cada día había (hay y habrá) tratamientos mas efectivos, e incluso puede que la cura.

Sin embargo el problema persiste. Los medicamentos están patentados, por lo que las compañías farmacéuticas imponen un precio para recuperar su inversión  e impiden la producción de genéricos. Mientras seguía muriendo gente, pero las patentes están a salvo y nadie produce las medicinas necesarias a un precio admisible (para el tercer mundo, el primer mundo - los ricos del primer mundo - están mas a salvo).

Pero no soy pesimista, en 2.010 los institutos de salud de estados unidos por fin cedieron las patentes de retrovirales que tenían y permitieron la producción de genéricos de bajo coste (relativo) que pudieran ser de aplicación en países del tercer mundo. Para ello renunciaron, según cálculos estimados, a un negocio de unos 1.000 millones de dólares anuales. Buenas noticias, por fin había triunfado la sensatez, los laboratorios se habían dado cuenta de la importancia de la vida humana y habían dejado las patentes de temas tan importantes.

Casi, pero no (ingenuos, que sois).

Os diré porque (aunque ya lo habréis adivinado): por el sistema de patentes.

Efectivamente, ni mas ni menos. 

Ahora los medicamentos que se pueden fabricar a bajo coste para el tercer mundo son los que se aplicaban hace veinte, treinta años, en el primer mundo. Ningún medicamento posterior ha sido liberado del sistema de patentes. No señor, los nuevos tratamientos siguen estando patentados haciendolos artificialmente prohibitivos para todo el tercer mundo (bueno , no para todo el tercer mundo; recordemos que en el tercer mundo hay muchas fortunas gigantescas que pueden pertenecen al primer mundo o incluso al mundo cero).

No, las patentes para los nuevos medicamentos se mantienen y mientras sigue muriendo gente.

No lo se, supongo que un sistema de propiedad intelectual, de patentes, es necesario para incentivar el desarrollo y la creación. Estoy con vosotros, sin esa recompensa económica, que garantiza el sistema de patentes y de propiedad intelectual, se ralentiza el desarrollo. Seguro.

O tal vez no, un poco de ingenuidad os conviene ya esta bien de tanto cinismo hombre. Os contare otra cosa:

A mediados de los años cincuenta el director general de Volvo estaba verdaderamente preocupado por la seguridad de los pasajeros en los coches (había perdido a un ser querido en un accidente) mucho mas que por la aerodinámica, la velocidad o el diseño; lo que haría a los Volvos los coches mas seguros del mundo aunque por ello tuviera que admitir todo tipo de chistes sobre los mismos. 

En aquel momento ya existían los cinturones de seguridad pero eran bastante inefectivos e incluso perniciosos en según que accidentes (hacían mas daño que el que evitaban).

Tan preocupado, diría concienciado pero eso de concienciado suena puaghf, estaba el director de Volvo por la seguridad que contrato a uno de los mejores especialistas en seguridad aeronáutica (el diseñador de los cinturones de seguridad para los pilotos de reactores) con la tarea concreta de desarrollar un cinturón de seguridad que fuera todo lo efectivo posible y salvara el mayor numero de vidas. Le dio el dinero y los medios necesarios para la tarea invirtiendo una buena cantidad de dinero en el proyecto (es verdad que no se cuanta pero los Crash Test Dummies no son baratos).

En 1959 invento el cinturón de seguridad con tres puntos de anclaje, el que tienen todos los vehículos actualmente (salvo los de carreras y los tuneados valencianos que prefieren el de tipo avión con cuatro puntos de anclaje). 

Lo invento y .... si, lo patento.

E hizo muy bien en patentarlo. De esto no me cabe duda, al fin y al cabo si no lo hubiera patentado él, otro lo habría copiado y lo habría patentado, el no hubiera recuperado nada de lo mucho que había invertido en esta investigación y desarrollo.

 Y ¿esto me parece bien? pues no veo la diferencia, diréis. Aun no ha acabado la historia...

... nada mas patentarlo... lo puso en el dominio publico y dejo que todos los fabricantes pudieran incorporarlo en sus coches sin tener que pagarle nada por la patente. 

Ahora es obligatorio, Volvo no ha sacado provecho de este invento y hay menos muertos y lesionados.

Creo que hay una gran diferencia entre ambas actitudes. Lastima que haya menos directores de Volvo que de farmacéuticas (he de reconocer que yo ahora miro los Volvo con mucho mas cariño y me pensaría el comprarme uno. Debo estar haciendome viejo, un anciano o un ama de casa cegata).

No se si es culpa del sistema, de los limites al sistema, de unos aprovechados y de sus abogados, o de la sociedad en general pero hay algo que no esta funcionado con el sistema de patentes, ni con el sistema de propiedad intelectual. 

No se lo que es y menos aun cual puede ser la solución, pero aquí os dejo con estas reflexiones que me inquietan y me marcho a Piles a descansar de mi excelente vida primer mundista, pero no os preocupéis - o preocuparos - que seguiré dando la brasa con mis recuerdos, mis reflexiones, mis lecturas y mis varios. 

Pero, si eso, ya os lo cuento otro día.



1 comentario:

  1. Las farmacéuticas crean muchos medicamentos, algunos llegan a la fase de prueba en humanos y de estos muchos no funcionan y se almacenan sin más.

    Hay un tipo que está intentando que las farmacéuticas liberen ese stock porque parece que el proceso de autorización para prueba en humanos es muy largo y complicado. Aparentemente, algunas de las curas para enfermedades que tenemos ahora vienen de medicamentos creados con vistas a curar otra enfermedad.

    El hombre este sigue esperando a que lo desbloqueen. En su estimación, se reduciría unos diez años el tiempo de espera para poder utilizar el medicamento.

    ResponderEliminar