lunes, 4 de noviembre de 2013

Comentario de textos - Septiembre Octubre 2013


El hombre tranquilo - Maurice Walsh
Cuerpos de desecho - Elisabetta Bucciarelli
Travesti - John Hawkes
The future is japanese - (Editor)
Troubled daughters, twisted wives - Sarah Weinman (Editor)
The fear institute. Johannes Cabal - Jonathan L. Howard

¿preocupados? 
¿preocupados por mi desaparición? 

Una desaparición que  no ha sido solo de no escribir cosas nuevas si no que ha alcanzado incluso a mi “obligación” periódica de comentar los libros que he leído. Si, no os he contado ninguna historia nueva, ni ninguna disquisición mental, ni siquiera que es lo que he leído en casi dos meses. Es mucho tiempo, lo se, lo se e igual alguno pensaba que he vuelto a tener problemas de salud, que mi cabeza a vuelto a estallar o algo parecido. Pues no, nada mas lejos de la realidad. 

Afortunadamente mi principal foco de tensión personal - mi abuela -  ha sido eliminado (no, no, no quiero decir que mi abuela haya sido eliminada; si esto hubiera sucedido seguramente os hubierais enterado de la fiesta) gracias a la colaboración de mis queridos seres queridos que me mantienen alejado de ella y me liberan de esta tensión; incluso los focos de tensión secundarios - a.k.a. trabajo y sus entregas - también han sido eliminados, estos gracias, básicamente, al estado general de la economía y a que últimamente me vuelto un “vago redomado”.

Tampoco es que haya estado especialmente ocupado leyendo, como ya habréis adivinado por la escasa lista para dos meses de lecturas, ni con alguna otra actividad especialmente interesante, aunque si que ha habido cosas muy interesantes como el aniversario del Wurlitzer, la apertura del Wharf, un viaje de trabajo a Chicago y de vacaciones a NYC, e incluso mi cumpleaños con su fiesta y todo (salvo Suzanne, pero así es la vida princesa).

Supongo que de hecho todo esto deberían haber sido motivos para que hubiera escrito mas, al fin y al cabo han sucedido cosas divertidas que incluso pueden ser contadas pero la verdad es que me cuesta escribir sobre cosas que acaban de suceder, cosas que todavía no se han asentado en mi inexistente memoria, cosas de las que no tengo el distanciamiento suficiente para contar y que algunos participantes - los mal llamados personajes secundarios, si yo soy el mal llamado protagonista - pueden considerar impropias e incluso mal interpretar, o interpretar bien que podría ser incluso peor.

Vamos, que no hay ninguna excusa, mi medica, ni laboral, ni personal para no haber escrito nada en este tiempo así como tampoco la hay para lo poco que he leído últimamente.

Bueno, para esto ultimo - a riego de ser claramente mal interpretado - no hay excusa pero si puedo buscar un culpable y “lavarme las manos” para sentirme yo inocente. 

Así que empecemos por identificar al culpable, que obviamente no puede ser otro que mi hermano mayor (recordar: los hermanos mayores siempre son los culpables de todo lo que hacemos los menores. Esto es una verdad científica y un imperativo moral por mucho que los hermanos mayores o los hijos únicos no sean capaces de aceptarla).

Aunque, por ser un imperativo moral, no es necesario aportar ninguna prueba de la culpabilidad de Rafa en este asunto, ni en ningún otro, ni tan siquiera en aquel sucedido que (no) traumatizo a mi hermana pequeña cuando Rafa jugando la colgó de la ventana de la cocina de Nicasio Gallego y fue descubierto por mi padre, que a voz en grito declaro “Yo no soy un gritón, pero...”. No, ni siquiera en ese caso, en el que los testigos podrían haberle exonerado, se necesitan pruebas ya que, como bien sabe Helena, todo fue culpa de mi hermano mayor, de Rafa. Pero divago, si eso, ya os lo cuento otro día.

El caso, la prueba de culpa, es que, como ya os comente, en Septiembre pensaba abastecerme de libros en la librería Fuenfria de Cercedilla, con la selección y colaboración de Rafa, aprovechando que normalmente entre Septiembre y Enero abandono mi librería de referencia (Librería Mendez, en la calle mayor) y me abastezco de mis compras en mis librerías de referencia de NYC (si, así soy yo. No solo tengo librería de referencia en Madrid si no que también en NYC, y no solo librería si no restaurantes, tiendas y bares. Uno, que es así de pretencioso).

Así que nada mas empezar Septiembre hicimos -Alvaro, Helena, Alicia y yo - un viaje hasta la lejana e inalcanzable, para urbanistas como nosotros que no para vosotros que debéis ir periódicamente, Cercedilla. La intención, ademas de abastecerme de libros, era  cumplir con nuestro deseo de conocer/cotillear la librería que aun no habíamos visto (reformada y operativa, que si que la habíamos visto “en bruto”). Este es el aspecto general de la misma, para los que aun tengáis pendiente la visita:


Mi impresión ese día, hace ya casi dos meses, es que andaba un poco corta de novelas y tenia algunos libros que realmente daban miedo, unos por intensos y otros... bueno, otros simplemente por su aspecto general. Estoy seguro de que ahora esta muchísimo mejor abastecida y mucho mejor seleccionado todo; los principios siempre son lentos y si uno es lento de natural pues los principios lo son un poco mas.

Como yo soy básicamente lector de novela - el ensayo, el teatro y otras zarandajas no me interesan especialmente - me costo un poco encontrar algo verdaderamente interesante que llevarme pero como ya no tenia lecturas - ademas de que siempre hay que apoyar a los culpables, a los inocentes ya los apoya Dios - pues me decidí por El hombre tranquilo.

Si, el hombre tranquilo es la novela en la que  esta basada la película, una de esas películas que forman parte de nuestra memoria colectiva y de la que recordamos escenas y diálogos enteros. Si la película es excelente (esto nadie lo negara), si habitualmente los libros son mejores que las películas en las que están basados (salvo honrosas excepciones) pues el libro tenia que ser estupendo, una apuesta segura y un gran descubrimiento. Hasta aquí la teoría, la practica seria otra cosa.

No seria razonable decir que hay que tener mucha imaginación para considerar que la película esta basada en esta novela cuando el autor le puso un pleito a John Ford por copiarle la novela y no pagarle lo suficiente y la gano. Ni seria razonable decir que la novela no se parece a la película porque los personajes principales de esta son una mezcla de algunos personas secundarios del libro y que algunos personajes principales de la película apenas si aparecen en el libro, al fin y al cabo esto pasa en muchas adaptaciones, de hecho es probablemente la causa de que los libros sean, generalmente, mejor que las películas.  

No, seré razonable y no diré esas cosas pero, en serio, alguien puede imaginar al John Wayne con esta descripción:  “le llamábamos el hombre tranquilo: mas bien pequeño, con el habito de encorvar un hombro y la mirada fija del luchador bajo unas cejas marcadas”, venga ya, seamos serios. Tampoco diré que la palabra “homérico” no aparece en ninguna parte del libro y que prácticamente ninguna de las escenas míticas de la película esta recogida en el libro. Si os contare, como curiosidad, que cuando era pequeño y cinefilo oía muchos comentarios sobre la película que se referían a lo poco reflejado que estaba el IRA en la película, discusiones sobre que secundarios eran del IRA y cuales no, como habían tergiversado la participación del IRA en la vida cotidiana irlandesa, y, bueno, no entendía nada, ni idea de que tenia que ver el IRA con la película, que demonios pintaba el IRA en una historia de amor. Bueno, pues la verdad es que si, que el IRA sale mucho mas en el libro y se identifican las relaciones de distintos personajes con el y con la vida cotidiana. Supongo que esto quiere decir que ni siquiera cuando era cinefilo era un gran cinefilo ya que no sabia estas cosas, ahora las se pero ya no me apetece ser cinefilo, aunque en este caso me quedo, claramente, con la película y no con el libro.

Como yo no veía nada especialmente interesante ese día entre las novelas le pedí a Rafa que me aconsejara - como debe de hacer un librero de confianza, que no de referencia) algo que tiene cierto riesgo pero que como todas las empresas arriesgadas puede dar buenos rendimientos o dejarte en la ruina total. Travesti fue su primera recomendación, una novela corta o un cuento largo que sucede en el interior de un coche en el que viajan un padre, una hija y el mejor amigo del padre a la sazón amante de su mujer (o de su hija, ya no me acuerdo, ni importa) y cuyo único objetivo, el del padre que es el que conduce, es estrellarse  y matarse, matando a todos los ocupantes.

Ya, si, lo mismo pienso yo: vaya truño; ni de coña me pillan a mi leyendo esto ni tan siquiera viendo una película con esta base que seguramente adaptara algún hipster cualquier día de estos. Pero, en fin, a veces (bastantes) Rafa me ha recomendado cosas que tenían un aspecto horrible y que luego no solo no han resultado malas si no incluso interesantes así que se merece un voto de confianza. No es el caso. Es un autentico truño que ni siquiera un barbudo hipster como yo puede leer sin acritud, sin acritud hacia al autor, hacia la editorial, hacia el traductor, en fin un libro que produce acritud. Un truño insoportable que según el traductor no es una novela sino “una poética disfrazada”, ahí queda eso. 

En fin, que ni cinefilo ni hipster intelectual, al final voy a tener que afeitarme y quitarme el disfraz.

La verdad es que como hacer un viaje hasta Cercedilla para solo dos libros me parecía injustificado me decidí, sin especial criterio, a coger un tercero que tenia una portada elegante (la mía tiene unos dibujitos debajo de esta banda tan chunga) y que no parecía estar mal: Cuerpos de desecho. Es cierto que tampoco parecía estar bien y que tenia aspecto de ser un poco pedante o incluso un poco concienciado, algo incluso peor; pero ya digo, en mi descargo, que lo elegí por completar un numero mínimo que justificara el viaje. Que os puedo decir, que como todas las causas que se emprenden por un motivo equivocado (el único motivo no equivocado para comparte un libro es que te apetezca) resulto un fracaso. La historia es una mierdecilla que podría firmar Disney, los personajes no tienen ninguna entidad ni credibilidad, y la moraleja, si es que la tiene... me la he perdido.



Seleccionados los libros fue necesario conseguir que el librero nos los cobrara algo que, puesto que se empeño en aplicar un descuento a través de su sistema informático, le llevo un tiempo que podríamos clasificar de excesivo y con una concentración que podríamos clasificar de enigmática como prueba esta foto.


La verdad es que con estas lecturas no parecía posible aguantar el mes de Septiembre sin tener que acudir a reabastecerme a Cercedilla  y menos aguantaría hasta primeros de Octubre cuando ya tenia pensado marcharme a Chicago y abastecerme suficientemente para todo el invierno y, si había suerte, para los inicios de la primavera.

No parecía posible conseguirlo sin racionarme pero el caso es que lo conseguí, probablemente por que los libros malos son mas difíciles de leer que los libros buenos y la verdad es que no había tenido suerte en mis elecciones y también porque ya puestos y empezada en verano la Silva de varia lección todavía tenia esta re lectura en marcha y la verdad es que es algo que da para mucho tiempo.

Así llego el momento de coger el avión, sin ningún libro en la maleta ni en la bolsa de viaje, y marcharme primero a Chicago a una feria  de temas de agua y luego a NYC a descansar (de la feria y de todo un poco) y por supuesto a visitar mis librerías,  que salvo Partners & Crime, que cerro el año pasado, siguen existiendo, gozan de buena salud y me siguen encantando: Kinokinuya, una librería-papelería japonesa realmente fascinante; McNally una preciosa librería generalista con cafe y cuarto de baño; StMarks una librería de enrollados y contracultura en la que casi nunca encuentro nada que me interese, ya que a mi lo de la contracultura y los enrrolados pues como que no, pero donde siempre compro e incluso la encantadora gran superficie de los Barnes & Noble tan americanos como la tarta de limón que resultan ideales para hacer fondo de armario. Pero, si eso, ya os lo cuento otro día.

Compre bastante, aunque notablemente menos que otros años, digamos que una media maleta solamente que ya iremos comentando.

Cuando andas de vacaciones en una ciudad que te apetece visitar, es decir que no estas de vacaciones de esas de estar tirado en cualquier punto y sin hacer nada, la mejor lectura la constituyen los cuentos (o los tebeos, perdón: los cómics) así que empece por leer The Future is japanese que es una antología de cuentos de ciencia ficción de autores japoneses o cuya acción se sitúa en Japón. La verdad es que Japón es mi debilidad, creo que es el único sitio exótico del mundo (sin conocerlo, cosa que solucionare cualquier día de estos) y que el cerebro japonés - sus costumbres, su enfoque de la vida, su forma de internalizar tradiciones y cultura basura - es algo verdaderamente incomprensible; sus escritores me fascinan, no solo el laureado y traducido Oe sino los  Miyabe, Kirino, Higashino, Hayashi, Kitano y Murakami (Ryu, que no el pesado del otro Murakami) y no comprendo como son tan poco traducidos pero bueno ya les llegara al turno igual que a los escandinavos les ha llegado. The future is japanese incluye 13 cuentos y como todas las colecciones pues hay un poco de todo pero en general es altamente recomendable, sorprendente,, futurista y japonés.

Troubled daughters, tiwsted wives es otra recopilación de cuentos, pero esta vez de cuentos de novela negra escritos por mujeres y en los que las mujeres no son las víctimas ni observadores si no que en muchos casos tienen el papel protagonista del asesino o del malo de la historia. Es evidente que es una recopilación que aprovecha el gran éxito de Perdida de Flynn, una de las grandes sorpresas editoriales del año pasado aunque ya apuntaba maneras en sus dos libros anteriores. No solo aprovecha el éxito de Flynnn sino que también se suma a la moda de las portadas de serie-B que parecen ser la tendencia editorial del año. Decir, por estas cosas, que es un libro coyuntural seria un poco simple y le haría flaco favor el clasificarlo como tal. Si, evidentemente es un libro oportunista pero las catorce historias que contiene son varían entre buenas y muy buenas y pese a lo que podría ser una limitación excesiva en el planteamiento (libros sobre mujeres malvadas escritos por mujeres) las notas y presentaciones - muy cuidadas - de cada una de las historias hace sospechar que no es un tema tan limitado y te hace reflexionar sobre la cantidad de escritoras que no conoces (yo solo he reconocido el evidente nombre de Patricia Highsmith entre las autoras. Una de catorce, no es un exito, no).

Leer cuentos esta bien, incluso muy bien pero la verdad es que tenia muchas ganas de empezar The Fear Institute, el tercer libro con el necromante Cabal como protagonista. Del segundo, The detective, ya os he comentado que me encanto y mi plan - no totalmente registrado o recordado ya que mi memoria es como es - era comprarme el primero para ver si era igual de bueno y divertido pero... este tercero se cruzo en mi camino y no pude resistir la tentación. Sin embargo, todo lo que me gusto en el primero que leí no esta en este. Si, el personaje es el mismo pero le falta toda la gracia, todas las cosas que habían brillante al otro; si, la historia también tiene su punto pero a la vez intenta complicarla demasiado en algunas partes perdiendo toda la gracia. No me mal interpretéis: no es mal libro, pero no llega a la altura de lo que yo esperaba (que era mucho, casi a la altura de Goldman). Dicho esto y teniendo en cuenta el empate a puntos entre los dos libros creo que tengo que hacerme con el primero para confirmar si realmente empiezo a considerar a Howard un buen autor, un autor del que merece la pena comprar casi a ciegas, o si las bondades del que me gusto son una excepción y no debo añadirlo a mi lista de autores excelentes.

Es costumbre en muchos libros incluir una parte de agradecimientos al final e incluso en los ingleses y americanos se suele agradecer, ademas de a los seres queridos, a la gente que ha ayudado en al autor a documentarse sobre un tema en concreto. También es costumbre decir en los agradecimientos cosas como que “los posibles errores cometidos” son culpa exclusiva del autor y no de los agradecidos. A mi me gustaría hacer algo parecido, para no ser mal interpretado, y confesar que los errores en los libros leídos esta temporada (especialmente los escogidos en Cercedilla) son mi responsabilidad exclusiva y que debéis visitar la librería Fuenfria de Cercedilla y dejaros aconsejar por el “librero tarambana” que creo que es como ahora le gusta que le llamen a mi hermano Rafa. 

Yo volveré a visitarle, en cuanto pasen los fríos o acabe con las existencias americanas, lo que suceda antes, o después, y por supuesto volveré a culpabilizarle de cualquier selección  inadecuada que realice.

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