martes, 24 de diciembre de 2013

Flojucho y debilucho

“...flacucho, debilucho...” así es como me explicaba Lourdes el origen del nombre de su hermano Cocucho, cuando como quien dice empezábamos a conocernos y “presentarnos” a nuestros amigos y familias.
Dentro de lo que cabe no era una mala noticia, o no tan mala como podía ser. Vale, tenia un hermano menor, algo que siempre complica las cosas (menos que un hermano mayor, aunque de estos también tenia uno y dos hermanas mayores, ademas de Isa). 

Si, los hermanos pueden convertirse en un problema en las relaciones, si no les caes bien pueden hacerte la vida difícil, si no te soportan pueden hacer la relación insufrible e incluso insostenible Ya, igual habéis visto muchas películas y pensáis que no debería tener nada que ver, que las relaciones son solo entre las personas implicadas y que lo que piensen el resto de la familia, o de los amigos, poco importa. Ya, seguro que en algún momento os habéis creído eso de “solo importa lo que nosotros sintamos (cariño)”

Pues, vale pero mi experiencia me decía, luego me lo ha confirmado, que “cuidaos de los hermanos”. Todavía estaba fresca en mi memoria la relación de Diego, Rosina y Rafa, el hermano de Rosina. Tan poco se soportaban (estas cosas suelen ser mutuas) que Diego apenas si se acercaba por casa de Rosina, del padre de Rosina todo sea dicho, y eso que ella tenia su propia habitación en una casa sin ningún control parental lo que nos permitía, a los que nos llevábamos bien con Rafa, encerrarnos con ella tranquilamente sin ninguna intromisión e incluso robar cervezas de la nevera y tabaco (y otras hierbas) del stock personal del hermano. Era un pequeño paraíso del que Diego estaba prácticamente excluido por su, digamos difícil, relación con el cancerbero de la casa, Rafa, y su relación con Rosina (y otras, todo sea dicho).

Claro que Rafa era mayor que Rosina y los hermanos mayores, no me cansare de deciroslo, son peores y culpables de todo; ademas a Rafa sus amigos le llamaban Mazinger porque era un autentico animal, de porte y ocasionalmente, bastante ocasionalmente, de carácter. Algo que en cualquier otro no me parece bien pero que en este caso en concreto y puesto que una vez nos salvo la vida a Jacobo y a mi, o por lo menos nos salvo de una tremenda paliza, es algo que me parece no solo aceptable si no que es algo por lo que siempre le estaré eternamente agradecido. Pero divago, si eso, ya os lo cuento otro día.

Así que el hermano de Lourdes era “flojucho y debilucho” ademas de menor. No era la mejor situación pero tampoco era algo dramático y pese a que había un hermano mayor, Angel, ya entonces este no era una referencia para Lourdes; las dos hermanas mayores no vivían en casa teniendo ya sus familias, e Isa, bueno, Isa era Isa y era la razón por la que yo había conocido a Lourdes. 

Bueno, la razón real era que Jacobo estaba enamorado de Isa y como era mas fácil quedar con las dos hermanas que con una a solas necesitaba apoyo logístico, algo que no dejaba de sorprenderme un poco ya que por entonces Lourdes tenia un novio, J.I. se hacia llamar, que también era amigo de Jacobo y que parecía un mejor candidato para el apoyo logístico en esta tarea, al fin y al cabo era su novio. Parecia raro pero lo entendí cuando trate un poco mas a J.I., que si bien era buena persona, era un poco panfilo y no especialmente divertido aunque, si no recuerdo mal, era hermano de El Humano Mecanico (a.k.a MetalyCa).

Ademas, yo todavía no me había enamorado perdidamente de Lourdes y sabiendo que tenia novio, ademas alguien razonablemente conocido por mi, como fuera su hermano me resultaba bastante indiferente ya que nada hacia presagiar lo que luego ocurriría y lo que un fin de año cambiaría mi vida.

El caso es que en una de nuestras tardes en Santo Domingo en casa de Isa y Lourdes, tomando rones, intentando que avanzara la relación entre Jacobo e Isa, conocí a Cocucho, al “flojucho y debilucho” de Cocucho. No me pareció especialmente “flojucho y debilucho” pero bueno, al fin y al cabo el nombre se lo habían puesto de pequeño y la gente cambia... a mi por ejemplo me encantaban las espinacas e incluso era delgado y ya veis ahora... Tampoco me pareció lo contrario, aunque tampoco lo veía mucho... nos saludábamos, igual nos tomábamos un ron Barcelo y poco mas, nada digno de ser recordado.

Por aquel entonces, ademas de músico yo quería ser fotógrafo y si bien musicalmente era incompetente, por aquello de mi carencia de sentido del ritmo e incluso de oído, como fotógrafo me consideraba competente, o incluso excepcionalmente bueno (si la humildad nunca ha sido uno de mis defectos mas notables), y ademas de hacer fotos casi siempre que podía, revelaba mis propias fotos en casa, hacia fotos creativas, compraba libros de fotografía e incluso iba a los primeros PhotoEspaña.

Una tarde de invierno, casi seguro porque todavía recuerdo el frío que hacia y que yo no sentía ya que siempre he tenido un problema de percepción térmica, o mas bien de indiferencia térmica, Cocucho nos dijo que estaba pensando en ser modelo e, inocente de el, me dijo que si me importaría hacerle unas fotos en plan modelo, así tipo book. 

Supongo que me lo pensé un tiempo, por lo menos cuatro segundos, y le dije que claro, que encantado, aunque ciertamente me parecía que ni yo, por mi técnica, ni el porque, reconozcamos los “flojuchos y debiluchos” no son lo que llamaríamos ideales para lo que viene siendo ser modelo, estaríamos a la altura de las circunstancias, si bien seguramente no dije esto ultimo. 

Decidimos probar y quedamos para el fin de semana siguiente que yo subiría con la cámara, los objetivos y ya puestos carretes de alta sensibilidad para captar mejor la luz y los detalles que a mi me parecían imprescindibles si queríamos conseguir un resultado profesional. Que obviamente, queríamos, al fin y al cabo yo ya quería impresionar a su hermana.

El fin de semana siguiente, antes de empezar a tomar rones, empezamos con unos carretes a color y unos primeros planos en el exterior de la casa. Nada complicado, yo buscaba encuadres clásicos y Cocu intentaba sonreír, sin descojonarse del todo que hace poco profesional, se colocaba y se quitaba unas gafas de sol, jugueteaba con Nelson (el pastor alemán que tenían) e incluso tuvimos que hacer algunas fotos a Andrea y Alejo que andaban por allí y que obviamente querían participar en una actividad tan divertida como es hacerse fotos.

Una vez hechos los carretes en color, como calentamiento, era el momento de pasar al blanco y negro, que es lo que los verdaderos profesionales de la fotografía usábamos pro aquel entonces (ademas de diapositivas y cámaras de medio formato), ademas ya puestos era tambien el momento de pasar a poses mas complejas que como no podía ser menos, estamos hablando de fotos de modelo, requerían - por necesidades del guión, como si dijéramos - posar sin camiseta. 

En ese momento es en el me di cuenta de lo extraño que resultaba el nombre de Cocu... si... había que ser un poco descentrado para seguir llamando “flacucho y debilucho” como igual podéis apreciar en esta foto que debidamente ampliada tuve durante muchos años colgada en diferentes casas haciendo que pareciera un poquito homosexual ademas de un fotógrafo razonable.



Flacucho y debilucho, ¿Cocucho? pues vaya, pues si, será eso o será que las hermanas siempre son maledicientes y la familia lo que peor le sienta a uno.

El caso es que pese a descubrir que no era exactamente flojucho, si no mas bien lo contrario, o precisamente por eso y por haberle fotografiado sin camiseta empezamos a tener una mayor relación. Supongo que lo de mandar a alguien que se quite la camiseta, que intente sostener elpino mientras enfocas y cosas asi pues une, lo quieras o no.

Sin llegar a ser nunca amigos, ninguno pensaría en llamar al otro para irse a tomar unas cañas, Cocucho y yo nos hicimos algo mas que conocidos y para mi siempre ha sido bastante mas que el hermano de Lourdes y me gusta pensar que yo era algo mas que el novio de una de sus hermanas

Si, poco a poco, a lo largo de años, Cocucho se convirtió en una presencia intermitente, pero estable, en mi vida llegando a establecer tradiciones exclusivas como nuestros famosos Viacrucis alrededor de la casa de la calle Lérida consistentes en ir de bar en bar tomando solamente una caña en cada uno de ellos pero sin saltarnos absolutamente ninguno, o sea en todos, Viacrucis que pese a nuestra capacidad de resistencia al alcohol, mas aun a las cañitas, no nos permitieron nunca llegar a mas de dos manzanas de Lérida 88 pero es que en aquella época todas las tiendas de yogur helado y todos los cafés modernos eran bares, esos eran conceptos inexistentes; o como la tradicional reunión anual para ver la trilogía de La Guerra de las Galaxias sin pausas, salvo las mínimas necesarias para reponer el hielo de nuestros rones Barcelo, que eran obligatorios, para una meada corta o si había buena suerte para comer lo que Lourdes hubiera estado preparando en lugar de ver la trilogía completa ya que ella no conseguía aguantarla seguida y solía retirarse incluso antes de que acabara la primera cinta, motivo este, la ausencia de Lourdes, por el cual al final prescindimos de la excusa de la trilogía y nos dedicamos a la parte verdaderamente importante que era quedar toda una tarde a tomar rones y charlar, vamos a hacer una ronada en condiciones y sin excusas.

Pero no penséis que nuestra relación era simplemente erótica, aunque nos habíamos visto el uno a el otro sin camiseta, yo no solo en aquella primera sesión fotográfica si no en una primavera que Cocucho y amigos invadieron la casa que nosotros habíamos invadido previamente en Gandia, la casa de Jose Ramiro, donde solíamos refugiarnos, sin conocimiento de su legitimo propietario, que cometió el error de dejarme una vez unas llaves, que nunca le devolví, diciendo que podía ir cuando quisiera, invitación a la que di mas que debido cumplimiento, pose en bañador en una foto que no pienso enseñaros; ni tampoco era una relación meramente alcohólica, aunque obviamente el alcohol, el amor al ron (Barcelo preferentemente), a las cañitas y incluso al ron con limon o con zumo de naranja (el desayuno de los campeones), ayudaron a cimentarla completamente y le proporcionaron los nutrientes necesarios; ni tampoco era una relación basada en su hermana, si bien es obvio que esta fue la razón principal de que surgiera y que es otra de las muchas cosas por las que siempre estaré en deuda con Lourdes, ya que mantuvimos nuestra relación años después de que Lourdes y yo dejáramos de ser novios,  encontrandonos de vez en cuando para bebernoslo todo por que “aquí naindie nació pa sufrí” aunque nunca volviera a fotografiarle como aquella primera vez siendo esta la ultima foto que tengo, que no hice yo, pero que fue en la primera e increíble fiesta de cumpleaños en El Sol que se sumo a nuestras citas tradicionales.


No, no era solo eso, a nuestra manera éramos amigos y aunque yo tuve pocas oportunidades de ayudarle, aunque fuera un poco, habría hecho casi cualquier cosa si me la hubiera pedido. Solo una vez pude ayudarle: con su proyecto fin de carrera cuando pude prestarle el que yo había hecho, con la inestimable colaboración de mi padre, para que lo adaptara y presentara. Poca ayuda para alguien al que una vez le pedimos que si podía acercarse a donar sangre ya que iban a operar a mi padre y habíamos entendido que no podrían operarle hasta que no consiguieran como muchísimas unidades de sangre. El se limito a preguntar donde era y allí se presento, algo que hizo mas gente con menor o mayor éxito (Lourdes no pudo donar porque no llegaba a los cincuenta kilos necesarios; mi ex-socio Pablo tampoco pudo donar porque estaba tan borracho, según los médicos, aunque el insistía en que solo había tomado lo normal con la comida e incluso, para tranquilizar al operario se lo detallo, lo cual tuvo el efecto de confirmar que debería estar totalmente borracho; yo, aunque pude donar no valió de nada ya que, como me informarían posteriormente, mi sangre no es valida para transfusiones ni en caso de catástrofe). No, Cocucho no solo se presento el y dono todo lo que le permitieron sin considerar que era un “flojucho, debilucho”, si no que se trajo a varios equipos de voleibol femenino, a los que entrenaba, a todos sus conocidos y probablemente a todo aquel que se cruzo en su camino hasta el centro de donación consiguiendo saturar el banco de sangre de la Comunidad de Madrid. 

Si, ese era Cocucho. Ese es el Cocucho que yo recordare, al que echare de menos, el que yo he conocido, el que se sabia de memoria todos los diálogos de “Amanece que no es poco”, el que se negó a vivir como un enfermo pese a que le atacara el cáncer y pese a que como ha ocurrido le haya acabado matando hace unos días, ese es el Cocucho por el que hoy me refugio en Vallejo:

Yo no sufro este dolor como Cesar Vallejo. Yo no me duelo ahora como artista, como hombre ni como simple ser vivo cualquiera. Yo no sufro este dolor como católico, como mahometano ni como ateo. Hoy sufro solamente. Si no me llamase Cesar Vallejo, también sufriría este mismo dolor. Si no fuese artista, también lo sufriría. Si no fuese hombre ni ser vivo siquiera, también lo sufriría. Si no fuese católico, ateo ni mahometano, también lo sufriría. Hoy sufro desde mas abajo. Hoy sufro solamente. 
Me duelo ahora sin explicaciones. Mi dolor es tan hondo, que no tuvo causa ni carece de causa. ¿que seria su causa? ¿Donde esta aquello tan importante, que dejase de ser su causa? Nada es su causa; nada ha podido dejar de ser su causa. ¿A que ha nacido este color, por si mismo? Mi dolor es del viento del norte y del viento del sur, como esos huevos neutros que algunas aves raras ponen del viento. Si hubiera muerto mi novia, mi dolor seria igual. Si me hubieran cortado el cuello de raíz, mi dolor seria igual. Si la vida fuese, en fin, de otro modo, mi dolor seria igual. Hoy sufro desde mas arriba. Hoy sufro solamente. 
Miro el dolor del hambriento y veo que su hambre anda lejos de mi sufrimiento, que de quedarme ayuno hasta morir, saldría siempre de mi tumba una brizna de yerba al menos. Lo mismo el enamorado. ¡Qué sangre la suya mas engendrada, para la mía sin fuente ni consumo! 
Yo creía hasta ahora que todas la cosas del universo eran, inevitablemente, padres o hijos. Pero hé aquí que mi dolor no es padre ni hijo. Le falta espalda para anochecer, tanto como le sobre pecho para amanecer y si lo pusiesen en la estancia obscura, no daría luz y si lo pusiesen en una estancia luminosa, no echaría sombra. Hoy sufro suceda lo que suceda. Hoy sufro solamente.


Ese es el Cocucho por el que me pongo un Barcelo, solo con hielo, me siento a mirar atardecer pensando en que el mundo se queda mas vacío de lo que debería cuando pierde a los debiluchos, me alegro de haber compartido momentos con el y brindo una vez mas por Cocucho, “por que “aquí naindie nació pa sufrí”.

3 comentarios:

  1. Pues yo también me pongo un Barcelo con hielo y brindo por Cucurucho y porque "aquí naindie nació pa sufri". Ea!

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  2. Ains... pues yo me pongo un DYC. Madre, cómo le echo de menos...

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    1. Pues que sea un DYC pero solo por acompañarte (seas quien seas) que yo soy mas de roncitos...

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