domingo, 9 de agosto de 2015

Comentario de Textos - Julio 2015

Otra vida – Per Olov Enquist
House of cards – Michael Dobbs
Dia Cero – David Baldacci
La sancion de Loo – Trevanian
The Cartel – Don Winslow
The Wolf in Winter – John Connolly

La verdad es que no sé muy bien porque compro biografías, cuando sé que no me gustan, cuando se perfectamente que  incluso aunque el personaje me parezca interesante (digamos Henry Rollins; del que acabare comprándome una si la veo) me acabo aburriendo. Lo que ya raya la estupidez, o tal vez no la raya por estar demasiado alejado de ella por el lado equivocado, es comprarme una biografía de un tipo que no conozco, del que no se absolutamente nada. No digamos ya comprar una biografía de un autor teatral sueco, pero si a mí el teatro me parece casi tan aburrido e insoportable (salvo escasas y honrosas excepciones) como, digamos, los mimos (estos sin excepción).

Pero bueno, supongo que soy ese tipo de persona (no sé cuál es el criterio de división, pero seguro hay uno) así que me compre (en la librería Méndez, como debe ser; a falta de un viaje al campo hasta Cercedilla ) Otra Vida, solo Dios sabrá por qué. Supongo que la razón que tuvo mi cerebro reptiliano fue que en la contraportada se citaba el terrorismo de Munich, a Olof Palme y otros temas de los que se poco (por no decir nada) y bueno, nunca está de más, ni de menos, aprender nuevo. El caso es que si, que me ha aburrido. Básicamente: me ha aburrido como casi todas las biografías, pero la verdad es que me ha resultado educativa en algunos temas, supongo que esa es la ventaja de leer cosas de “no ficción”, que se supone que lo que lees es verdad y aumenta tu cultura general. Bueno, a menos que seas como yo y no seas capaz de retener la información más de un par de un par de días en cuyo caso el aumento lleva emparejada la pérdida no siendo especialmente útil.

Me ha sorprendido recordar algo que seguramente había sabido y olvidado (probablemente como muchos): que el Meinhof de la Baader-Meinhof realmente hace referencia a una mujer, a Ulrike Meinhof para más señas, a una intelectual que harta de que todo el mundo la tachara de intelectual, de mucha cháchara pero poca acción, pues se decidió a formar un grupo terrorista (cuidadín con las críticas que las carga el diablo y las disparan los intelectuales. Posiblemente el primer grupo terrorista moderno y sin duda el primero (puede que el único) con paridad absoluta en su cúpula (si, el Baader es por Andreas Baader que, pese a el nombre casi femenino en español, es varón.

Me ha encantado su explicación de porqué fue tan fácil el atentado de los juegos de Múnich (sea o no cierta) eso de que los juegos de Múnich intentaban borrar la historia de “lo alemán”, especialmente de los doce años de Hitler, y que por eso se relajaron todas las normas de seguridad adoptando “la ideología de la alegría”.

Así que diría que en cierta medida ha sido una compra justificada y que la lectura ha merecido la pena incluso para ser una biografía de un autor teatral, completamente desconocido para mí pero al parecer famoso hasta en Broadway (aunque fracasara llego a estrenar allí).

Es rara la semana que hablando con Helena y Álvaro no sale alguna anécdota de una serie de televisión que se llama House of Cards, que yo no veo pero que ellos sí, así que sentía curiosidad por la serie, cosa que obviamente me impulso a comprar el libro en el que se basa la serie. Como no he visto la serie pues no puedo decir si se parece, si es mejor o si es peor, tan solo puedo comentaros que si bien la serie pasa en Estados Unidos el libro pasa en Inglaterra. Esto puede parecer una tontería pero para un libro sobre intrigas políticas y el funcionamiento de las instituciones pues es una diferencia importante ya que prácticamente todas las referencias han de adaptarse e incluso las intrigas deben de ser sobre otros temas y con otras maneras.

La historia no es especialmente brillante, en el sentido de compleja o poco previsible, pero está muy bien escrita y se lee con mucha gracia, pero lo que de verdad merece la pena son las frases que abren cada capítulo que son sencillamente fascinantes (casi todas). Como muestra, dos ejemplos:

“La verdad es como un buen vino. A menudo se encuentra arrebujada en el rincón más oscuro de una bodega. Necesita que le den la vuelta de vez en cuando. También que se le quite suavemente el polvo, antes de sacarla a la luz y empezar a utilizarla”.

“Leí aquella biblia de cabo a rabo. Me fije en que San Lucas decía que debíamos perdonar a nuestros enemigos. Leí el resto de sus palabras, y las palabras de todos los santos, de verdad que sí. Ninguno de ellos mencionaba lo más mínimo en ningún sitio sobre perdonar a nuestros amigos”.

El libro tiene 48 capítulos, a veces hay más de una por capitulo…  solo por esto merece la pena, además está la historia que no es mala.

Como teníamos que celebrar el cumpleaños de mi abuela (si, teníamos es la palabra correcta) yo suponía que mi hermano (haciendo honor a nuestros orígenes de mercaderes fenicios) me bajaría algunos libros de la Librería Fuenfría de Cercedilla (que me dicen que la visitáis poco, casi menos que yo. Eso no puede ser, que lo sepáis) pero decidió hacer honor a nuestros orígenes de-vete-a-saber-donde y o se le olvido, o pensó con toda la razón que hacia demasiado calor para cargar con ellos o, británicamente, sentencio que le parecía una imposición y me dejo sin nada que leer obligándome a ir a una librería ajena a mi rutina (cuyo nombre no citare a) por que no tiene interés, b) porque no me acuerdo y c) vale, no hay ‘c’ pero siempre queda mejor poner tres razones) para abastecerme de por lo menos un best seller que me mantuviera entretenido unos días.

Curiosamente, ese mismo día después de la comida con mi abuela descubrí que tengo un lector de este blog que no me conocía y al que yo no conocía (no digo que no haya más, que seguro que los lectores de blogs son como las meigas; que haberlas, hailas).

Si, señores por increíble que pueda parecer tengo un lector ajeno a mi familia directa e incluso a mi familia ampliada; y encima no se trata de un enfermo mental residente en una institución con todo el tiempo libre del mundo.

No, para nada; en lugar de un enfermo mental resulto ser una excelente persona, no solo por ser lector de este blog (como todos y cada uno de vosotros, salvo, tal vez, ese que estaba al fondo y que ahora se llevan en volandas los enfermeros) si no porque además es camarero-dueño de un bar que tiene una pinta excelente (el bar La Barra en la Calle Garcilaso) y que aunque aún no he probado para comer os recomiendo con la absoluta tranquilidad que me da el conocer a Juan y el aspecto del bar (de hecho lo recomendaría aunque Juan no estuviera leyendo este blog).

Lo bueno (o lo malo) de los Best sellers, de los buenos, es que te los lees tranquilamente sin grandes expectativas y sin ninguna decepción, salvo los muy buenos que están en una categoría aparte. Para mi Baldacci es un escritor de Best sellers de esa categoría aparte, cuando le sale uno bueno, bueno es muy, muy bueno e inolvidable pero también tiene de la categoría normal. Dia cero es de estos, se lee perfectamente, cumple la misión de entretenerte las horas, tiene una buena historia, bien construida y algún personaje brillante pero te lo acabas y no ha quedado nada. Vamos, que creo que ahora mismo podría volver a leérmelo tranquilamente y me volvería a quedar igual, sin nada especial que comentar salvo que es bueno (oficio que tiene Baldacci, creo que se dice).


Si Baldacci me gusta desde el primer libro que leí suyo (Poder absoluto, por cierto) y me sigue gustando aunque algunos de sus libros no me convenzan, Trevanian es un autor que cuándo lo leí por primera vez, en una colección de novela negra que mi madre tenía en casa, no me gustó nada, pero nada de nada. Mi recuerdo es que lei un par de ellos (las dos sanciones) y sencillamente me parecía incomprensible que a nadie le pudieran gustar. Sin embargo hace unos años leí una que no conocía (The Main) y sencillamente me engancho, me engancho tanto que podría afirmar que ya me he vuelto a leer todo lo que ha escrito (aunque como es un seudónimo de alguien que no queda claro quién es, igual tiene más con otro nombre y aun me queda mucho por leer suyo. Ojala) y todo me ha gustado: desde la novela de vaqueros hasta la novela de las chicas de NYC. Pues eso sencillamente me parece brillante todo él y la Sancion de Loo no es una excepción: desde la primera página con la descripción del protagonista “No era físicamente valiente – tenía una imaginación demasiado activa para ello – y había intentado acallar su miedo insensibilizando dicha imaginación a través de escenas en las que le disparaban, le apuñalaban, le atacaban con gas cianuro o le envenenaban – siempre con comidas exóticas y en restaurantes realmente buenos-.”; pasando por el propio chiste del título: si el MI5 y el MI6 se llaman  así por estar en el despacho 5 y la 6 del Ministerio la brigada de asesinos (sancionadores) a la que pertenece el asesino estaba ubicada en el retrete (The Loo, en ingles fino, fino) hasta los diálogos:

“…  Soy el típico ejemplo de una especie a la que solo le queda un espécimen vivo.
-          Bastardo fanfarrón
-          La familia es correcta, pero ¿y el género?
-          ¿Culo sabio?
-          No sabía que entendías de taxonomía animal…”

Sencillamente: brillante, inevitable acordarse de aquel de:"- Creo que me he enamorado de un subnormal. - ¿y te gusta mas que yo?". Brillante, casi todo el. No os lo recomiendo porque yo no hago eso, pero espero que os guste y si ahora no os gusta probar en otro momento que igual os pasa como a mí. Cada libro tiene su momento para cada uno.

Previendo que ya no vería a mi hermano más veces este mes y aprovechando que Winslow había sacado nueva novela en ingles aproveche para pedir unos libros por amazon y mantener un poco el nivel de inglés (a la espera del próximo viaje a NYC, que cada día está más cerca, espero) haciendo algo que no solo no cuesta esfuerzo sino que proporciona satisfacción ya que algunos libros mejoran mucho en inglés (seguramente también en otros idiomas originales pero eso no puedo decirlo por mi incapacidad para leer en más idiomas. Lo siento pero yo solo soy bi-idiota no poli-idiota como algunos otros).

A ver, ya he dicho otras veces que Winslow es uno de mis autores preferidos, de esos de los que me compro todo lo que veo sin pensar y de los que me gusta casi todo. Sin embargo esta vez he de decir que The Cartel no me ha convencido. No está mal, pero parece más un libro de historia de los carteles de la droga que una novela y creo que la historia real de los carteles, sus venturas y desventuras, son todavía más alucinantes, más de fuera de este mundo que diría aquel, que algunos pasajes del libro que ya parecen excesivos. Creo que en esto la realidad supera a la ficción, por buena que sea la ficción. Además, no sé, creo que le falta el toque diría casi poético de otras novelas de Winslow, la rapidez de los diálogos y la credibilidad de los personajes. Con todo tiene un razonamiento que sencillamente tengo que hacer mío para casi cualquier ocasión en la que se debata la importancia de la ingeniería, concretamente de la ingeniería de aguas que es la que a mí me gusta:
“… the infrastructure for moving clean water in and filthy water out is what allowed people to congregate in large populations in permanent dwellings and create cities and cultures. Otherwise, people had to be nomads to literally escape their own shit.”
Efectivamente, la ingeniería de aguas es la causa de la civilización y, como decía y demostraba otro, también de la incivilización ya que el nivel de dictadura de un país puede evaluarse en función de la magnitud de sus obras hidráulicas. Cuanto más grandes las obras hidráulicas, mas dictadura, menos libertad individual; ejemplos no faltan pero no me acuerdo del libro. Se lo preguntare a Rafa y le diré que pida unos ejemplares para tener en la librería Fuenfria de Cercedilla (así tenéis otra razón mas para pasaros por allí). Por eso a mí me interesan las obras no faraónicas, parafraseando malamente a Rafa: me interesa más la calderilla que los cheques en blanco.

Obviamente ya que estaba en amazon pues aproveche y me compre la última de Connolly (John, no confundir con Michael que es bueno pero no tanto) que es un autor del que también tengo todo y es de los que me gusta leer en inglés. Siendo sincero compre las dos últimas porque creía que no había leído ninguna de las dos, pero solo acerté a medias. Una ya me la había leído aunque obviamente no recordaba nada de ella hasta no verla físicamente momento en el que se me hizo la luz. Algunos podríais pensar que pues vaya mierda de novela si no recuerdas nada; vosotros mismos la verdad es que yo tengo la suerte o la maldición de que no recuerdo nada de lo que leo (o muy poco), solamente consigo recordar si me gustan o no y no siempre con acierto.

The Wolf in Winter (El león en invierno, supongo que será la traducción, aunque con las traducciones nunca se sabe) es la treceava, o así que tampoco me he puesto a contarlas, novela de la serie de Charlie Parker (Connolly tiene otra serie de un niño, Samuel Johnson, que siendo totalmente diferentes, comicas, son excelentes). La primera novela de la serie de Charlie Parker es sencillamente fascinante, con uno de esos principios sencillamente increíbles, brillantes (ciertamente en mi top ten y posiblemente en mi top cinco de inicios de novela) luego la serie mantiene el tipo aunque los personajes se van agotando un poco y las historias empiezan a parecerse un poco e incluso alguna se lee con un poco de cansancio. Esta no, esta vuelve a la calidad y la verdad es que merece la pena y deja algunas frases que merecen la pena: “He was trying to put loss into words, but loss is absence and will allways defy expression”; y sobre todo una crítica que – sin haber leido a Thomas Wolfe – creo que daré por válida para aplicar a otros libros:
“The only reason that Wolfe’s debut was even marginally tolerable was because Perkins had forced Wolfe to remove 60.000 words from it. At Louis’s rough estimate, that still left ‘Look Homeward Angel’ – which in the store’s Scribner edition, came to about 500 pages – at least 499 pages to long”.
Eso si es una crítica, clara y meridiana (por cierto, al parecer Perkins era el editor de Wolfe) y después de conocer a Louis de trece novelas no tengo duda de que no merece la pena leer ese libro por muy famoso que pueda ser.

Puede que este post os haya dado la idea de que soy un poco coleccionista y que si me gusta un autor pues me esfuerzo en tener todos sus libros y no es eso. De hecho, durante mucho tiempo fui supersticioso en el sentido contrario y me negaba a completar mi colección de libros de Goldman: los tenia todos salvo uno que me negaba a comprar ya que me había convencido de que si los leía todos, moriría; o más bien, mirado positivamente, pensaba que mientras no tuviera todos los libros de Goldman no podría morir ya que aún me quedaría uno por leer y no pensaba morir sin haberlos leído todos, eso no sería aceptable. El caso es que deje esa superstición cuando después de contárselo a una novia que tuve, esta debió de entenderlo mal (quiero pensar) y para un cumpleaños o una navidad, tras mucho trabajo de búsqueda en librerías de segunda mano por internet y seguramente pagando una buena cantidad de dinero por él, y con (quiero pensar) su mejor intención, me regalo el único libro de Goldman que me faltaba con la intención por supuesto de que lo leyera o de que superara mi superstición, o (no quiero ni pensarlo) de que muriera al leerlo.

El caso es que pese a que ya lo tengo desde hace bastantes años, de momento y hasta que Goldman no saque otro libro no pienso leerlo aunque me apetece bastante, incluso algunos días mucho pero ¿que sería la vida sin supersticiones o sin prejuicios?

Si Goldman saca otro libro tendré que tomar una decisión sobre cuál de los dos leer, si eso, ya os cuento.


2 comentarios:

  1. A pesar de las dudas me alegra encontrarnos en los últimos párrafos de este post.

    'Wigger' llegó a ti con poca intención y con mucha ilusión.

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    1. Anónimo (según esto) pero obviamente no para mi: sabes que no tengo ninguna duda de la ilusión con la que lo buscaste y me lo regalaste; ni, mucho menos, de la falta de intención o por lo menos de la ausencia de "malas y perversas" intenciones. Ya sabes lo que me cuesta no hacer un chiste... no puedo evitarlo...
      Me alegra mucho "encontrarnos" (aunque sea por aquí y de aquesta manera) y por supuesto que - igual no lo he dejado tan claro como debería - me hizo, me hace y me hará mucha ilusión ese regalo (aunque aun no me atreva a leerlo).
      Besos (V+II)

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