Otra vida – Per Olov Enquist
House of
cards – Michael Dobbs
Dia Cero –
David Baldacci
La sancion
de Loo – Trevanian
The Cartel
– Don Winslow
The Wolf in
Winter – John Connolly
La verdad es que no sé muy bien porque compro biografías,
cuando sé que no me gustan, cuando se perfectamente que incluso aunque el personaje me parezca
interesante (digamos Henry Rollins; del que acabare comprándome una si la veo)
me acabo aburriendo. Lo que ya raya la estupidez, o tal vez no la raya por estar
demasiado alejado de ella por el lado equivocado, es comprarme una biografía de
un tipo que no conozco, del que no se absolutamente nada. No digamos ya comprar
una biografía de un autor teatral sueco, pero si a mí el teatro me parece casi
tan aburrido e insoportable (salvo escasas y honrosas excepciones) como,
digamos, los mimos (estos sin excepción).
Pero bueno, supongo que soy ese tipo de persona (no sé cuál
es el criterio de división, pero seguro hay uno) así que me compre (en la
librería Méndez, como debe ser; a falta de un viaje al campo hasta Cercedilla ) Otra Vida, solo Dios sabrá por qué.
Supongo que la razón que tuvo mi cerebro reptiliano fue que en la contraportada
se citaba el terrorismo de Munich, a Olof Palme y otros temas de los que se
poco (por no decir nada) y bueno, nunca está de más, ni de menos, aprender
nuevo. El caso es que si, que me ha aburrido. Básicamente: me ha aburrido como
casi todas las biografías, pero la verdad es que me ha resultado educativa en
algunos temas, supongo que esa es la ventaja de leer cosas de “no ficción”, que se supone que lo que
lees es verdad y aumenta tu cultura general. Bueno, a menos que seas como yo y
no seas capaz de retener la información más de un par de un par de días en cuyo
caso el aumento lleva emparejada la pérdida no siendo especialmente útil.
Me ha sorprendido recordar algo que seguramente había sabido
y olvidado (probablemente como muchos): que el Meinhof de la Baader-Meinhof realmente hace referencia
a una mujer, a Ulrike Meinhof para más señas, a una intelectual que harta de
que todo el mundo la tachara de intelectual, de mucha cháchara pero poca
acción, pues se decidió a formar un grupo terrorista (cuidadín con las críticas
que las carga el diablo y las disparan los intelectuales. Posiblemente el
primer grupo terrorista moderno y sin duda el primero (puede que el único) con
paridad absoluta en su cúpula (si, el Baader es por Andreas Baader que, pese a
el nombre casi femenino en español, es varón.
Me ha encantado su explicación de porqué fue tan fácil el
atentado de los juegos de Múnich (sea o no cierta) eso de que los juegos de Múnich
intentaban borrar la historia de “lo alemán”, especialmente de los doce años de
Hitler, y que por eso se relajaron todas las normas de seguridad adoptando “la
ideología de la alegría”.
Así que diría que en cierta medida ha sido una compra
justificada y que la lectura ha merecido la pena incluso para ser una biografía
de un autor teatral, completamente desconocido para mí pero al parecer famoso
hasta en Broadway (aunque fracasara llego a estrenar allí).

La historia no es especialmente brillante, en el sentido de
compleja o poco previsible, pero está muy bien escrita y se lee con mucha
gracia, pero lo que de verdad merece la pena son las frases que abren cada capítulo
que son sencillamente fascinantes (casi todas). Como muestra, dos ejemplos:
“La verdad es como un buen vino. A menudo se encuentra arrebujada en el
rincón más oscuro de una bodega. Necesita que le den la vuelta de vez en
cuando. También que se le quite suavemente el polvo, antes de sacarla a la luz
y empezar a utilizarla”.
“Leí aquella biblia de cabo a rabo. Me fije en que San Lucas decía que
debíamos perdonar a nuestros enemigos. Leí el resto de sus palabras, y las
palabras de todos los santos, de verdad que sí. Ninguno de ellos mencionaba lo
más mínimo en ningún sitio sobre perdonar a nuestros amigos”.
El libro tiene 48 capítulos, a veces hay más de una por
capitulo… solo por esto merece la pena,
además está la historia que no es mala.
Como teníamos que celebrar el cumpleaños de mi abuela (si,
teníamos es la palabra correcta) yo suponía que mi hermano (haciendo honor a
nuestros orígenes de mercaderes fenicios) me bajaría algunos libros de la Librería Fuenfría de Cercedilla (que me
dicen que la visitáis poco, casi menos que yo. Eso no puede ser, que lo sepáis)
pero decidió hacer honor a nuestros orígenes de-vete-a-saber-donde y o se le
olvido, o pensó con toda la razón que hacia demasiado calor para cargar con
ellos o, británicamente, sentencio que le parecía una imposición y me dejo sin
nada que leer obligándome a ir a una librería ajena a mi rutina (cuyo nombre no
citare a) por que no tiene interés, b) porque no me acuerdo y c) vale, no hay
‘c’ pero siempre queda mejor poner tres razones) para abastecerme de por lo
menos un best seller que me mantuviera entretenido unos días.
Curiosamente, ese mismo día después de la comida con mi
abuela descubrí que tengo un lector de este blog que no me conocía y al que yo
no conocía (no digo que no haya más, que seguro que los lectores de blogs son
como las meigas; que haberlas, hailas).
Si, señores por increíble que pueda parecer tengo un lector
ajeno a mi familia directa e incluso a mi familia ampliada; y encima no se
trata de un enfermo mental residente en una institución con todo el tiempo
libre del mundo.
No, para nada; en lugar de un enfermo mental resulto ser una
excelente persona, no solo por ser lector de este blog (como todos y cada uno
de vosotros, salvo, tal vez, ese que estaba al fondo y que ahora se llevan en
volandas los enfermeros) si no porque además es camarero-dueño de un bar que
tiene una pinta excelente (el bar La Barra en la Calle Garcilaso) y que aunque
aún no he probado para comer os recomiendo con la absoluta tranquilidad que me
da el conocer a Juan y el aspecto del bar (de hecho lo recomendaría aunque Juan
no estuviera leyendo este blog).


“… Soy el típico ejemplo de una
especie a la que solo le queda un espécimen vivo.
-
Bastardo
fanfarrón
-
La familia
es correcta, pero ¿y el género?
-
¿Culo
sabio?
-
No sabía
que entendías de taxonomía animal…”
Sencillamente: brillante, inevitable acordarse de aquel de:"- Creo que me he enamorado de un subnormal. - ¿y te gusta mas que yo?". Brillante, casi todo el. No os lo recomiendo
porque yo no hago eso, pero espero que os guste y si ahora no os gusta probar
en otro momento que igual os pasa como a mí. Cada libro tiene su momento para
cada uno.
Previendo que ya no vería a mi hermano más veces este mes y
aprovechando que Winslow había sacado nueva novela en ingles aproveche para
pedir unos libros por amazon y
mantener un poco el nivel de inglés (a la espera del próximo viaje a NYC, que
cada día está más cerca, espero) haciendo algo que no solo no cuesta esfuerzo
sino que proporciona satisfacción ya que algunos libros mejoran mucho en inglés
(seguramente también en otros idiomas originales pero eso no puedo decirlo por
mi incapacidad para leer en más idiomas. Lo siento pero yo solo soy bi-idiota
no poli-idiota como algunos otros).

“… the infrastructure for moving clean water in and filthy water out is what allowed people to congregate in large populations in permanent dwellings and create cities and cultures. Otherwise, people had to be nomads to literally escape their own shit.”
Efectivamente, la ingeniería de aguas es la causa de la civilización
y, como decía y demostraba otro, también de la incivilización ya que el nivel
de dictadura de un país puede evaluarse en función de la magnitud de sus obras hidráulicas.
Cuanto más grandes las obras hidráulicas, mas dictadura, menos libertad
individual; ejemplos no faltan pero no me acuerdo del libro. Se lo preguntare a
Rafa y le diré que pida unos ejemplares para tener en la librería Fuenfria de Cercedilla (así tenéis otra razón mas para
pasaros por allí). Por eso a mí me interesan las obras no faraónicas,
parafraseando malamente a Rafa: me
interesa más la calderilla que los cheques en blanco.
Obviamente ya que
estaba en amazon pues aproveche y me compre la última de Connolly (John, no
confundir con Michael que es bueno pero no tanto) que es un autor del que también
tengo todo y es de los que me gusta leer en inglés. Siendo sincero compre las
dos últimas porque creía que no había leído ninguna de las dos, pero solo acerté
a medias. Una ya me la había leído aunque obviamente no recordaba nada de ella
hasta no verla físicamente momento en el que se me hizo la luz. Algunos podríais
pensar que pues vaya mierda de novela si no recuerdas nada; vosotros mismos la
verdad es que yo tengo la suerte o la maldición de que no recuerdo nada de lo
que leo (o muy poco), solamente consigo recordar si me gustan o no y no siempre
con acierto.

“The only reason that Wolfe’s debut was even marginally tolerable was because Perkins had forced Wolfe to remove 60.000 words from it. At Louis’s rough estimate, that still left ‘Look Homeward Angel’ – which in the store’s Scribner edition, came to about 500 pages – at least 499 pages to long”.
Eso si es una crítica, clara y meridiana (por cierto, al parecer
Perkins era el editor de Wolfe) y después de conocer a Louis de trece novelas
no tengo duda de que no merece la pena leer ese libro por muy famoso que pueda
ser.
Puede que este post os haya dado la idea de que soy un poco
coleccionista y que si me gusta un autor pues me esfuerzo en tener todos sus
libros y no es eso. De hecho, durante mucho tiempo fui supersticioso en el
sentido contrario y me negaba a completar mi colección de libros de Goldman:
los tenia todos salvo uno que me negaba a comprar ya que me había convencido de
que si los leía todos, moriría; o más bien, mirado positivamente, pensaba que
mientras no tuviera todos los libros de Goldman no podría morir ya que aún me quedaría
uno por leer y no pensaba morir sin haberlos leído todos, eso no sería
aceptable. El caso es que deje esa superstición cuando después de contárselo a
una novia que tuve, esta debió de entenderlo mal (quiero pensar) y para un
cumpleaños o una navidad, tras mucho trabajo de búsqueda en librerías de
segunda mano por internet y seguramente pagando una buena cantidad de dinero
por él, y con (quiero pensar) su mejor intención, me regalo el único libro de
Goldman que me faltaba con la intención por supuesto de que lo leyera o de que
superara mi superstición, o (no quiero ni pensarlo) de que muriera al leerlo.
El caso es que pese a que ya lo tengo desde hace bastantes
años, de momento y hasta que Goldman no saque otro libro no pienso leerlo
aunque me apetece bastante, incluso algunos días mucho pero ¿que sería la vida
sin supersticiones o sin prejuicios?
Si Goldman saca otro libro tendré que tomar una decisión sobre
cuál de los dos leer, si eso, ya os cuento.
A pesar de las dudas me alegra encontrarnos en los últimos párrafos de este post.
ResponderEliminar'Wigger' llegó a ti con poca intención y con mucha ilusión.
Anónimo (según esto) pero obviamente no para mi: sabes que no tengo ninguna duda de la ilusión con la que lo buscaste y me lo regalaste; ni, mucho menos, de la falta de intención o por lo menos de la ausencia de "malas y perversas" intenciones. Ya sabes lo que me cuesta no hacer un chiste... no puedo evitarlo...
EliminarMe alegra mucho "encontrarnos" (aunque sea por aquí y de aquesta manera) y por supuesto que - igual no lo he dejado tan claro como debería - me hizo, me hace y me hará mucha ilusión ese regalo (aunque aun no me atreva a leerlo).
Besos (V+II)